Una de las cosas que han abundado durante la pandemia de coronavirus ha sido la desinformación, las supuestas curas contra la enfermedad, los medicamentos que dicen impedir los contagios.
Puras mentiras a las que un joven en la veintena que reside en la región de Kansai dio crédito. Hoy se arrepiente de haber sido un estúpido, confiesa en entrevista a Mainichi Shimbun.
En abril de 2021, el hombre comenzó a presentar síntomas como dificultad para respirar y fatiga, entre otras que le hicieron creer que había contraído el virus. Sin embargo, nunca se hizo una prueba.
En vez de buscar a un médico, el hombre acudió a las redes sociales. Allí encontró testimonios de gente que -decían- habían mejorado tras ingerir ciertos medicamentos. Sus bondades incluso fueron pregonadas por usuarios que aseguraban ser médicos.
El joven desoyó las advertencias de su esposa y en junio compró una caja de medicamentos (que decían ser de la India) por internet, animado por reseñas favorables de usuarios.
La primera vez que tomó una pastilla, comenzó a escuchar un zumbido que le impidió dormir.
El zumbido desapareció, pero fue sustituido por un dolor en las articulaciones que empeoró con el tiempo.
Pese a la mala experiencia, el joven no escarmentó y en diciembre compró, también por internet, otro medicamento, fabricado en Taiwán, con reseñas positivas de usuarios que decían que era eficaz contra los efectos secundarios de la covid-19.
Tomó una pastilla durante tres días seguidos y comenzó a experimentar problemas: temblor, aumento de los latidos, dolor en las articulaciones, fatiga.
El hombre decidió no ingerir más pastillas y acudió a un hospital donde se realizó exámenes que no encontraron nada anormal en su organismo.
Pese a ello, dice que no se siente bien y expresó su arrepentimiento por haberse dejado arrastrar por las redes sociales y consumir medicamentos no autorizados.
“Estúpidamente confié en las redes sociales”, admite en la entrevista a Mainichi.
Sobrepasado por el miedo a la enfermedad, “dejé que la abundancia de información no verificada en las redes sociales influyera en mí. Como resultado, me siento peor y lamento mi decisión”, dice el hombre que aún no ha sido vacunado contra el coronavirus. No quiere que ningún medicamento ingrese a su organismo. (International Press)