El instituto de investigación RIKEN reveló hoy los resultados de una simulación del riesgo de infección de una persona con la variante Ómicron utilizando la supercomputadora «Fugaku», la más rápida del mundo, y sostuvo que el experimento demostró la eficacia de medidas como la instalación de particiones y ventilación para remover el aire.
La supercomputadora simuló un pequeño restaurante donde la adopción de estas medidas redujo a un tercio el riesgo de contagio con la nueva variante del coronavirus.
La probabilidad de infección se calculó a partir de la cantidad de micropartículas que una persona inhala al respirar y el porcentaje de virus contenida en ellas. Se supuso que el Ómicron era 1,5 veces más infeccioso que la variante Delta.
Con esta configuración se determinó que cuando un infectado con Ómicron hablaba durante 15 minutos con mascarilla, la probabilidad promedio de contagio a un metro de distancia era casi inexistente, pero a 50 cm el riesgo de contagio aumentaba.
SIMULACIÓN EN UN PEQUEÑO RESTAURANTE
Al experimentar con 16 personas dentro de un pequeño restaurante, si una persona infectada habla en voz alta durante 30 minutos, se calculó que la probabilidad de que una persona del grupo resulte infectada es alta. Con el tiempo de permanencia de una hora, pero con la ventilación básica del lugar, la posibilidad de contagio de una persona por Ómicron fue de alrededor de 6,8%.
Además se estableció que si además el aire acondicionado está en funcionamiento la dispersión del aire es mayor y el riesgo de contagio se reduce a alrededor de 5,2%. La combinación de medidas como la ventilación y el uso de particiones reduce la posibilidad de contagio a alrededor del 2%.
LAS MEDIDAS BÁSICAS SON IMPORTANTES
Expertos de la Universidad de Agricultura y Tecnología de Tokio citados por el Nikkei analizaron los datos y sostuvieron que «las medidas básicas de control de infecciones, como el uso de mascarillas y la ventilación en los restaurantes vuelven a ser importantes».
RIKEN también realizó una simulación en un cuarto de karaoke con nueve personas con una de ellas infectada con Ómicron y con todas cantando durante una hora. Se estimó que 3,3 personas resultarían contagiadas. También se estimó que al cantar uno por uno la infección se reduciría a una persona y con el cantante bajo el extractor de aire, la posibilidad de contagio bajaría a 0,5 personas.
Con estos datos se concluye que el riesgo de infección en salas o habitaciones, que incluye también un aula de escuela, no es tan alto cuando la distancia social y el tiempo de contacto son apropiados. (RI/NI/)