Las personas en Japón que envían dinero al extranjero para mantener a familiares dependientes -gastos de subsistencia o educación, por ejemplo- pueden obtener reembolsos de impuestos.
De este beneficio se aprovechó ilegalmente una mujer filipina que falsificó documentos para sus clientes.
La filipina y 70 de sus clientes deberán pagar 50 millones de yenes (alrededor de 440.000 dólares) en total en multas por impuestos atrasados, informó Asahi Shimbun.
Para obtener los reembolsos, se deben presentar documentos como certificados de nacimiento de los familiares dependientes, papeles que demuestren el parentesco y comprobantes de envíos de dinero.
La mujer, que alguna vez trabajó como profesora de inglés y carece de permiso para actuar como contadora, falsificó constancias de remesas y formularios de impuestos.
La filipina recibía una comisión de alrededor del 30 % del reembolso de cada cliente y operaba en ciudades como Nagoya, Hiroshima y Osaka.
La policía de la prefectura de Shiga la arrestó en febrero y en julio un tribunal la halló culpable.
El caso de la filipina no es aislado, según Asahi Shimbun: entre los extranjeros en Japón circulan tips sobre cómo obtener reembolsos de impuestos de manera ilícita.
El problema con el sistema japonés es que tiene vacíos o defectos de los que se aprovechan algunos, pues permite, por ejemplo, que los beneficiarios obtengan reembolsos incluso si los familiares que tienen inscritos como dependientes son ricos.
Para evitarlo, Japón está trabajando para que los parientes en edad de trabajar no sean elegibles como dependientes para los beneficios fiscales en las declaraciones de impuestos sobre la renta en 2023. (International Press)
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