La quinta ola del coronavirus en Japón se está extendiendo por todo el país y por influencia de la variante india delta ha llegado a las zonas rurales. El número de nuevos casos en 43 de las 47 prefecturas ha llegado a la “etapa 4”, la más alta según el estándar nacional.
Este cuadro se venía venir. Los analistas describieron desde antes lo que está ocurriendo en las zonas rurales donde hay poca disponibilidad de camas y la respuesta de los centros médicos es limitada.
Ayer miércoles, los nuevos infectados en todo el país llegaron a 24.321 con récords en 10 prefecturas como Osaka, Aichi, Miyagi, Niigata, Aomori, Kochi y Fukui. Una semana después del final de los Juegos Olímpicos de Tokio los casos subieron notablemente superando los 20.000 durante varios días consecutivos.
Según el Nihon Keizai Shimbun, el número de infectados por cada 100.000 personas en la última semana es de 25 a más en 43 prefecturas. En tres semanas el número de áreas con alta incidencia de contagios se triplicó.
Los asesores del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social dijeron anoche que nunca antes se había registrado una propagación del virus por casi todas las regiones del país. La capacidad del sistema médico “está en una fase cercana a una situación de desastre”, advirtieron.
Fuentes del grupo asesor revelaron que el 85% de las pruebas que dieron positivo entre el 9 y el 15 de agosto eran de la variante delta, lo que demuestra la velocidad y expansión de este tipo de infección.
El promedio diario de nuevos contagios también ha crecido mucho. Gifu ya tiene esta semana 307,4 casos diarios, 13 veces más que la primera semana del mes. En Mie se multiplicó por 11, en Hiroshima por 6,5 y en Miyagi creció en 5,9 veces. En comparación con Tokio, que creció en 50%, el crecimiento en el interior del Japón es notable.
Las autoridades de Hiroshima explicaron que muchas personas de Osaka y Tokio visitaron la prefectura durante las fiestas de Obon en la primera semana de agosto, que es la razón principal del aumento de infectados en el área. El flujo de personas por el Obon y las vacaciones de verano han llevado la variante delta de una prefectura a otra.
Entre tanto, los gobiernos locales aceleran la revisión de sus políticas de respuesta a la expansión del virus, sobre todo porque su capacidad de hospitalización está al límite.
En Shiga, donde por regla todos los infectados eran hospitalizados, se permitirá la atención domiciliaria de infectados asintomáticos menores de 40 años. La prefectura estima que unas 2.600 personas seguirá su tratamiento en casa.
También se fortalecerá el cuidado de pacientes en domicilio en Gifu, Shimane, Saga y Wakayama donde el número hasta ayer solo había dos camas disponibles para pacientes COVID-19. (RI/PJ)
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