Las farmacéuticas estadounidenses Pfizer y Moderna han dicho que es necesaria una tercera vacuna de refuerzo contra el coronavirus, mientras que la Organización Mundial de Salud (OMS) ha pedido hoy posponer esta iniciativa hasta finales de septiembre debido a la urgencia de suministrar la vacuna a los países en desarrollo.
Ayer jueves, Moderna reveló datos de que el efecto preventivo de la vacuna empezó a disminuir seis meses de la segunda dosis y que la cantidad de “anticuerpos neutralizantes” serán insuficientes para suprimir la acción de la variante india delta altamente contagiosa.
Pfizer también dijo a fines de julio que es probable que se requiera una tercera vacuna de refuerzo dentro de los 6 a 12 meses posteriores a la segunda dosis.
La OMS ha recordado que una gran parte de los países en desarrollo aún tienen acceso limitado a las vacunas y por ello ha pedido compensar esa disparidad con los países ricos garantizando un suministro justo de las inyecciones.
Sin embargo, el mensaje de la OMS no ha calado. Además de Israel, que comenzó el 1 de agosto su tercera campaña de vacunación para mayores de 60 años, Alemania dijo que podría empezar a hacer lo mismo en septiembre, así como Reino Unido y otros países de Europa.
En EEUU, donde los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y el de Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) dijeron a principios de julio que la tercera vacuna «no era necesaria en este momento», han empezado a cambiar de opinión.
El comité asesor para coronavirus del presidente Joe Biden, informó que está trabajando para la ejecución de una vacunación de refuerzo para personas con enfermedades crónicas e inmunidad debilitada por el tiempo. (RI/JP)
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