Wishma Sandamali, una mujer de Sri Lanka que residía en Japón, tenía solo 33 años cuando murió en un centro de detención de la Oficina Regional de Inmigración de Nagoya en marzo pasado.
La joven, que estaba detenida desde agosto de 2020 por permanecer en Japón de manera ilegal, no recibió atención médica adecuada pese a que llevaba enferma desde mediados de enero, con náuseas, vómitos y falta de apetito, y que para fines de febrero había perdido unos 20 kilos.
La familia de Wishma se reunió el lunes con el jefe de la oficina de Nagoya en busca de explicaciones.
El funcionario, Taketoshi Sano, se limitó a expresarles su pésame, sin detallar las circunstancias del fallecimiento de Wishma. Sano se excusó alegando que era poco lo que podía decir debido a que están siendo investigados por la Agencia de Servicios de Inmigración de Japón, informó Mainichi Shimbun.
La falta o insuficiencia de explicaciones motivó la indignación de las personas que acudieron a la reunión, no solo dos hermanas de la fallecida, sino también su abogado y la legisladora Mizuho Fukushima.
Las autoridades del centro de detención permitieron que cuatro personas, entre ellas las hermanas de Wishma, vieran la habitación donde murió.
«Era una habitación pequeña, como para animales. Es natural que la gente en ese tipo de habitación se deprima», dijo una de las hermanas.
La otra hermana tiene la impresión de que los funcionarios de la oficina de Nagoya están mintiendo y tratando de evadir su responsabilidad.
En la misma línea se pronunció Fukushima, quien se preguntó “qué están tratando de ocultar».
El video que registró la muerte de la joven arrojaría luz sobre el caso, pero a pesar de los insistentes pedidos de la familia para verlo, la oficina de Nagoya se niega por “razones de seguridad”.
Un abogado de la familia de Wishma, según la NHK, ha pedido que la muerte sea investigada por una organización independiente.
Con respecto a su muerte, lo que se sabe es que el 4 de marzo, un psiquiatra que la evaluó concluyó que si le daban libertad provisional, el estado de salud de la mujer probablemente mejoraría. No le hicieron caso y Wishma murió dos días después. (International Press)
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