Manuel Merino parece tener las horas contadas como presidente del Perú tras la muerte de dos personas el sábado por la represión policial contra las manifestaciones antigubernamentales en Lima.
A las 12:30 a m. del domingo, Merino no da la cara. Ni siquiera su primer ministro, Ántero Flores-Aráoz, puede contactarse con él.
Flores-Aráoz admitió en declaraciones a RPP que ha intentado comunicarse sin éxito con Merino (incluso por WhatsApp), cuyo gobierno se desmorona ante la masiva renuncia de sus ministros (siete hasta el momento, según Canal N) por la muerte de dos peruanos.
El gobierno de Merino enfrenta fuertes protestas callejeras en todo el país desde la controvertida vacancia del expresidente Martín Vizcarra el lunes pasado.
La decisión de 105 congresistas de vacar a Vizcarra es rechazada por la mayoría del país. La oposición a Merino por parte de los manifestantes no implica una defensa del expresidente, sobre quien recaen graves sospechas de corrupción. La gente en Perú está harta de toda la clase política. (International Press)
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