El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social informó hoy que el número de niños (menores de 18 años) que murieron en Japón por abuso de sus padres fue de 73 en el año fiscal 2018.
Sin contar hechos de asesinato-suicidio (muri shinju), hay 54 que incluyen muertes por negligencia, maltrato físico y otros. De estos, 25 fueron por negligencia, en su mayoría casos de abandono con muerte, el número más alto desde 2003.
Los datos fueron recogidos y analizados por un comité de expertos en abuso infantil compuesto por profesores universitarios, además de médicos y psicólogos familiarizados con el problema. El caso más emblemático fue el de Mía Kurihara, la niña de 10 años que murió en Chiba el 19 de enero de 2019, pero que corresponde al año fiscal 2018.
No obstante, el total de muertes por abuso infantil de 2018 se redujo a la mitad frente al índice más alto registrado en 2007, cuando se registraron 142 menores fallecidos a manos de sus progenitores.
Sin embargo, al analizar el motivo de las muertes, en 2018 la negligencia (25) superó por primera vez a los casos de abuso de físico (23). Entre los hechos por negligencia hay 11 casos de niños que murieron abandonados al nacer.
En varios de estos casos, los menores fallecieron cuando fueron dejados en casa sin la menor asistencia. Algunos de los padres victimarios dijeron no haberse sentido capaces de cuidar a sus hijos.
Del total de 25 casos de negligencia, 18 eran niños menores de 3 años.
El comité de expertos también analizó por primera vez el trasfondo de un total de 568 muertes de menores por abusos durante 12 años, de 2007 a 2018. Se vio que 51 madres sufrieron antes algún tipo de violencia doméstica, por parte del padre biológico de sus hijos o por su pareja.
Otras 38 personas, tenían un “pobre” o “casi nulo” contacto con sus familias o parientes cercanos. (International Press)
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