Más detalles van saliendo a la luz sobre el caso de la mujer japonesa en Okinawa que el pasado fin de semana fue asesinada por su pareja, un soldado estadounidense, que después de acuchillarla se suicidó.
En enero, la víctima de 44 años denunció al militar, Gabriel Olivero (32), por agresión sexual, informó Tokyo Reporter.
La mujer se contactó con la fuerzas militares de Estados Unidos, que avisaron a la policía okinawense.
David Mancilla, primer teniente del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, explicó que EEUU actuó dentro de su jurisdicción.
La agresión sexual denunciada en enero ocurrió fuera de una base militar, en la vivienda de la víctima, donde la policía japonesa tiene jurisdicción, precisó.
EEUU cooperó con la policía local en la investigación del caso. Las autoridades militares emitieron una orden de protección para que Olivero no tuviera contacto con la víctima, añadió.
La policía local se reunió varias veces con la japonesa en enero y febrero, pero decidió cerrar la investigación después de que la mujer dijo que ya no había problemas entre ellos.
Estados Unidos, sin embargo, siguió adelante con la investigación, según Mancilla, que aclaró que nunca desalentaron a la víctima para que no hablara con la policía japonesa o siguiera adelante con el caso.
Por otro lado, el jefe de las fuerzas militares estadounidenses, Eric Smith, se reunió con Denny Tamaki, gobernador de Okinawa, para disculparse por el incidente. (International Press)
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