El gobierno de Japón decidió no otorgar el nuevo estatus de residencia para trabajadores extranjeros a los ciudadanos iraníes, informó Jiji Press.
¿El motivo?
El gobierno de Irán se niega a cooperar para recibir a los iraníes deportados de Japón (por permanecer de manera ilegal en el país, entre otras razones).
El Ministerio de Japón teme que el número de residentes ilegales aumente si el nuevo programa de visados incluye a los iraníes.
El programa, que entró en vigor el lunes para ampliar el número de trabajadores extranjeros en Japón, exige que estos provengan de países que aceptan a sus ciudadanos deportados.
Irán no recibe a sus ciudadanos si estos no quieren regresar, alegando que su constitución garantiza la libertad de residencia y movimiento. (International Press)
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