En octubre, el impuesto al consumo en Japón se elevará de 8 a 10 %. El país necesita recursos para cubrir los crecientes costos de la seguridad social, pero en amplios sectores existe el temor de que la medida debilite el consumo privado.
El gobierno de Japón ha preparado un conjunto de medidas para mitigar los posibles efectos negativos de la subida del tributo.
El ministro de Finanzas, Taro Aso, dijo que han tomado medidas suficientes para respaldar la economía, informó Reuters.
«Las medidas que hemos tomado hasta ahora deberían ser suficientes», declaró. «Espero que la recuperación de Japón continúe debido a los beneficios de las políticas que ya implementamos», añadió.
El ministro aseguró que lo único que podría impedir que el gravamen no suba, tal como está planeado, sería una crisis como la de Lehman Brothers.
Para atenuar el impacto en los hogares japoneses, los alimentos y algunos productos de uso cotidiano estarán exonerados del aumento impositivo.
Además, se distribuirán cupones de compra a algunos hogares y donaciones en efectivo a los jubilados con bajos ingresos.
Por otro lado, se ofrecerán exenciones tributarias para las compras de automóviles, casas y otros bienes duraderos.
El gobierno de Japón tiene preparados un programa para subsidiar los costos de educación y un paquete para invertir en infraestructura después de los desastres naturales que afectaron al país el año pasado.
A pesar de las medidas del gobierno nipón, algunos expertos han expresado su preocupación por el impacto que tendría en la economía japonesa la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
Japón es particularmente vulnerable a las turbulencias en el mercado global, advirtió Reuters, debido a que las compañías japonesas se centran en la fabricación de piezas electrónicas y maquinaria pesada para exportar a China y otros sitios. (International Press)
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