Yuka Ogata, integrante de la asamblea municipal de Kumamoto, no estaba bien de salud y decidió llevar caramelos para la tos a una sesión plenaria que se realizó el viernes.
La mujer de 43 años hizo uso de la palabra con un caramelo para la tos en la boca, algo que sus colegas consideraron una falta de respeto.
Ogata rechazó disculparse y la asamblea decidió castigarla, aprobando una moción disciplinaria para expulsarla de la sesión.
Todos los miembros de la asamblea, excepto Ogata, votaron a favor la moción.
El incidente obligó a suspender la sesión durante unas ocho horas.
En declaraciones recogidas por Kyodo, Ogata dijo: «No he estado bien en los últimos días y decidí tomar caramelos para la tos para no molestar a los demás con mi tos».
«Es lamentable que me hayan obligado a abandonar la sala (donde se realizaba la sesión) sin haber tenido la oportunidad de explicarme».
¿Acaso existe alguna regla que impida ingerir caramelos para la tos en la asamblea? No, pero según sus colegas, Ogata violó la cláusula que estipula que los miembros deben mantener la integridad de la asamblea.
«Es inaceptable que un adulto responsable haga preguntas con caramelos (para la tos) en la boca», dijo el alcalde de Kumamoto, Kazufumi Onishi. «Ella tiene que admitir su culpa», añadió.
Por el contrario, una mujer de 76 años que asistió a la sesión cuestionó la sanción a Ogata. “Si se trata de una empresa privada, hay momentos en que las personas que tosen o que sufren de dolor de garganta toman caramelos para la tos cuando hablan frente a otras personas», dijo.
Ogata hizo noticia el año pasado cuando fue amonestada por retrasar el funcionamiento de la asamblea debido a que llevó a su hijo de siete meses a una sesión. (International Press)
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