Sugita, integrante del gobernante Partido Liberal Demócrata, recibió fuertes críticas y expertos consultados por Mainichi Shimbun comparan su manera de pensar con la de los nazis y subrayan los peligros de valorar a las personas por su “productividad”.
Kazuko Kibata, profesora de la Universidad de Seijo, dice: «La postura de Sugita de ver a las minorías sexuales como un problema es idéntica a la de los nazis».
Kibata es especialista en historia alemana y ha investigado la conexión entre el nazismo y la medicina.
En la Alemania nazi, aproximadamente 100.000 hombres homosexuales “improductivos” fueron arrestados con el argumento de que su orientación sexual iba en contra de las políticas pronatalistas del gobierno.
Paralelamente, se crearon leyes de esterilización forzada basadas en la ideología eugenésica (que busca “mejorar la raza”) para impedir el nacimiento de personas con discapacidad o genes «inferiores». Unas 400.000 personas fueron esterilizadas.
Por su parte, la investigadora Keiko Toshimitsu dice que el pensamiento de Sugita no solo menosprecia a las minorías sexuales, sino también a las personas que no pueden tener hijos y niega a otras el derecho a elegir una vida sin hijos.
Toshimitsu ha estudiado el tema de las esterilizaciones forzadas en Japón que continuaron incluso después de la Segunda Guerra Mundial bajo la ley de protección eugenésica (1948-1996).
La experta declara a Mainichi que las esterilizaciones forzadas fueron un crimen cometido por el Estado que les robó a las personas afectadas el derecho a elegir si tener hijos o no.
A juicio de Toshimitsu, el ataque de Sugita a las minorías sexuales por no tener hijos se asemeja a la ley de protección eugenésica porque ambas violan el derecho de las personas a tomar decisiones sobre el sexo y la reproducción. “Son solo dos caras de la misma moneda», remarca.
Mainichi también recoge la opinión de Michie Hiura, quien abrió las primeras instalaciones en Japón donde las personas con discapacidad pueden ir de manera regular sin tener necesariamente que vivir en ellas.
Hiura compara el pensamiento de Sugita con el de Satoshi Uematsu, el hombre que asesinó a 19 personas en un centro para personas discapacitadas en la prefectura de Kanagawa hace dos años.
«Uematsu justificó sus asesinatos al llamar a las personas con discapacidad ‘personas sin almas humanas’, decidiendo arbitrariamente que no tenían corazón. ¿No está Sugita también degradando a aquellos que no encajan en su estrecha visión del mundo?», dice.
Hiura cuenta que interactuar con personas con discapacidad le ha permitido darse cuenta de su propia inmadurez y los límites de su imaginación. Interactuar con personas que tienen diferentes formas de pensar y estilos de vida diferentes de los que uno tiene es la clave para vivir una vida fructífera, concluye. (International Press)
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