Hermano de víctima de autor de masacre en Japón: de desear su muerte a querer que siga viviendo

Flores en recuerdo de las víctimas (TV Asahi)

Una de las 19 personas que Satoshi Uematsu asesinó en un centro para personas discapacitadas en la prefectura de Kanagawa el 26 de julio de 2016 era una mujer de 60 años llamada Hiromi.

La mujer fue diagnosticada con parálisis cerebral poco después de nacer. Era difícil mantener una conversación con ella, pero su familia podía saber cómo se sentía por las expresiones de su rostro.


Le encantaba comer y disfrutaba cuando su familia se reunía para celebrar el Año Nuevo. Cuando salía a caminar a un parque con sus parientes, la mujer sonreía y parecía feliz. Hiromi vivió en el centro durante más de 30 años.

Después de la matanza, el hermano de Hiromi, un hombre de 59 años, quería que el criminal fuera ejecutado.

Dos años después, y tres visitas mediante, el hermano de Hiromi confiesa a Asahi Shimbun que de desearle la muerte ha pasado a querer que Uematsu siga viviendo.


Lo visitó por primera vez en junio de 2017, casi un año después de la matanza.

La primera vez que fue a verlo estaba lleno de odio hacia el asesino. Quería verlo personalmente para saber por qué había cometido los crímenes.

“¿Odiabas a mi hermana?”, le preguntó. Uematsu le respondió que no y soltó unos quejidos. El hermano pasó de la cólera a una sensación de vacío.


Durante su segunda visita, al año siguiente, el hombre se dio cuenta de que ya no odiaba a Uematsu. Dice que simplemente se cansó de odiar. El tiempo no había transcurrido en vano.

«Solo vivimos una vez. Deberías rehabilitarte y comenzar de nuevo», le dijo al asesino de su hermana.


La tercera vez que lo visitó fue el 4 de julio.

El hombre volvió a preguntarle por qué había asesinado a su hermana. «Yo pensaba que no había lugar en la sociedad para las personas con discapacidad. Sentía que podía lograr algo al hacerlo», respondió Uematsu.

Uematsu no exteriorizó remordimientos por sus crímenes. Más aún, se reafirmó en que había hecho lo “correcto”.

El hombre le preguntó si volvería a hacer lo que hizo si pudiera retroceder en el tiempo. Uematsu se tomó un tiempo antes de responder que tal vez no, pero no por la atrocidad de sus delitos, sino porque no encontraba “agradable” su estadía en el lugar donde está detenido.

El hermano también le preguntó por su futuro. Uematsu le dijo que no tenía ninguna imagen mental de sí mismo en libertad o siguiendo vivo.

Pese a que Uematsu asesinó a su hermana y no se arrepiente, el hombre intentó convencerlo de que todavía hay una razón para vivir. “Es bonito estar bajo el cielo azul”, le dijo.

Al término de la visita de 25 minutos, Uematsu se inclinó ante él y le agradeció por ir a verlo. Un reportero de Asahi que fue testigo del encuentro revela que el asesino se mantuvo inclinado hasta que su visitante salió de la sala de reuniones.

¿Qué opina el hombre del asesino de su hermana?

«No es normal. Es difícil descubrir lo que está pensando y, a decir verdad, lo encuentro aterrador».

Sin embargo, está decidido a seguir visitándolo. Lo siente como un deber. (International Press)

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