El 5 de julio, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, asistió a una fiesta partidaria en medio de alertas de fuertes lluvias en el oeste de país, que posteriormente desencadenaron inundaciones y derrumbes que dejaron más de 200 personas muertas.
Abe, que fue criticado por el hecho, justificó su asistencia a la reunión durante una presentación en el Parlamento. El gobierno ha sabido lidiar con el desastre, remarcó.
El primer ministro dijo, según Mainichi Shimbun, que su gobierno “ha tomado todas las medidas posibles para responder a la situación”.
La foto que hizo pública la fiesta fue tuiteada por el jefe adjunto del gabinete, Yasutoshi Nishimura. Abe dijo que le advirtió al alto funcionario de que tuviera cuidado con los mensajes que publica. (International Press)
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