La muerte de Yuto, el niño de un año al que su padre no alimentaba bien, podría haberse evitado si las autoridades locales hubieran actuado como les correspondía, revela Tokyo Reporter.
Ken Takadate, un hombre de 25 años, fue arrestado por dejar morir de hambre a su hijo, que sufrió de malnutrición y deshidratación antes de morir el 9 de abril en la ciudad de Kitakami, prefectura de Iwate.
El sujeto salió de su casa en la mañana del 8 de abril para reunirse con unos amigos, dejando solo a Yuto. El hombre regresó al día siguiente a las 2 de la mañana, encontró a su hijo en mal estado y llamó a los servicios de emergencia. Lamentablemente, ya era tarde para salvarle la vida.
Yuto tenía 21 meses de vida y pesaba 8 kilos. Según la policía, el peso promedio de un niño de dos años es de 12,1 kilos.
El municipio de Kitakami reveló que el 27 de febrero recibió un informe del gobierno de la prefectura sobre Yuto, transmitiendo la preocupación sobre su situación por parte del director de la guardería donde el pequeño estaba.
En marzo, un funcionario de Kitakami visitó tres veces la casa de Takadate. Durante una de sus visitas, vio al niño y llamó a su madre y a la guardería. Sin embargo, nunca pudo contactarse con el padre. Le dejó mensajes que el hombre nunca contestó.
El 27 de marzo, desde la guardería se comunicaron con el municipio por la situación de Yuto. Aquella vez tampoco pudieron ubicar a Takadate.
Es decir, hubo muchas señales de que las cosas no andaban bien. Las autoridades de Kitakami pudieron hacer más. Pudieron rescatar al niño de su padre. Pudieron salvarle la vida.
«Debería haber reconocido que se trataba de una situación de crisis», admitió Kensuke Takahashi, jefe de la división de enseñanza de la junta educativa local.
La madre de Yuto, una mujer de 39 años, se había separado del padre unos seis meses atrás. La mujer, que vive en otro lugar, se declaró en shock por lo ocurrido. (International Press)
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