Sakie Yokota vio por última vez a su hija Megumi, entonces de 13 años, en la mañana del 15 de noviembre de 1977.
La mujer aún recuerda el diálogo que mantuvo con su hija, un diálogo que seguramente habría olvidado si hubiera sido un día ordinario como tantos. Yomiuri Shimbun reproduce esa mañana.
Mientras Megumi salía de su casa para dirigirse a la escuela, Sakie iba detrás de su hija para entregarle su abrigo.
-¿No vas a llevarlo contigo? –le preguntó Sakie a su hija.
Megumi integraba el club de bádminton de su escuela de secundaria y por lo general retornaba a casa alrededor de las 6 p. m. Aunque era una mañana calurosa, a Sakie le preocupaba que pudiera hacer frío a esa hora.
-No lo voy necesitar hoy. Lo dejaré aquí –respondió Megumi.
Fueron las últimas palabras que intercambiaron madre e hija.
Megumi se fue a la escuela con su mochila y una bolsa deportiva con su raqueta.
Cuando la niña no volvió a casa a las 7 de la noche, Sakie fue a la escuela a buscarla. No la encontró. «¿A dónde podría haber ido?», se preguntó asustada.
Sakie fue a la playa a buscar a su hija. Volvió a casa alrededor de las 8 de la noche y recibió una llamada de su esposo Shigeru, que le dijo que volvería tarde a casa porque iba a asistir a una reunión de bienvenida a un nuevo colega en el trabajo.
Entre lágrimas, Sakie le dijo que Megumi no había vuelto a casa. Shigeru tomó un taxi de regreso y buscó a su hija con ayuda de otras personas, entre ellas profesores de su escuela.
Al no encontrarla, reportó su desaparición a la policía alrededor de las 10 p.m.
Perros policía siguieron las huellas de Megumi, pero estas terminaban en una calle muy cerca de su casa, lo que llevó a la policía a sospechar que la niña había sido secuestrada.
Los padres de Megumi pasaron toda la noche frente al teléfono, al que la policía colocó un equipo de rastreo. Los policías también esperaron en la casa de los Yokota.
No hubo novedades el resto de la noche.
Shigeru comenzó a ir todos los días a la playa en busca de pistas. Sakie se atormentaba, pensando que su hija posiblemente se había fugado porque no había sido una buena madre.
«Muchas veces he deseado morir», recuerda Sakie. Cada vez que veía a chicas de la edad de su hija en la calle, las seguía para ver si eran ella.
Los Yokota no supieron hasta 20 años después que su hija había sido secuestrada por Corea del Norte. En enero de 1997, el secretario de un miembro de la Dieta le dijo a Shigeru que Megumi habría sido secuestrada por Corea del Norte.
¿De dónde había salido la información? Un exespía, desertor de Corea del Norte, dijo que una niña de 13 años que iba a su casa tras su práctica de bádminton había sido secuestrada.
La noticia fue recibida con emoción por Sakie, confiada en que su hija había estado viva esos 20 años. Al menos sabía qué había ocurrido con ella y aparentemente se abría una luz de esperanza.
Sin embargo, 20 años después, su hija sigue sin aparecer.
Corea del Norte admitió el secuestro de Megumi, pero la versión oficial de los norcoreanos es que está muerta.
Pyongyang no ha presentado ninguna evidencia confiable de la muerte de Megumi. Por eso, 40 años después, su madre aún alberga esperanzas. “Nosotros creemos que está viva y continuaremos luchando”. (International Press)
Be the first to comment