El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, conocido por su propensión a “irse de lengua”, se comprometió a controlar su boca durante su reunión con el emperador Akihito, informó AFP.
Sin embargo, eso no le impedirá -dijo- llevar el cálido saludo del pueblo filipino a Japón, un país con el que Filipinas está agradecido.
Japón es el principal donante de Filipinas y su segundo socio comercial.
“Es una especie de homenaje ver al emperador antes de que abdique”, manifestó Duterte, que desde que asumió la presidencia ha buscado fortalecer los lazos de su país con Japón, donde permanecerá dos días.
En Japón preocupa que Duterte, que ha llegado al extremo de insultar al Papa Francisco y al expresidente Barack Obama (“hijo de puta”), pueda decir o hacer algo que tense las relaciones diplomáticas.
En un video de la reunión que el presidente filipino mantuvo con su colega chino Xi Jinping se aprecia al primero aparentemente mascando un chicle, algo considerado de mala educación en Japón para una ocasión como esa. (International Press)
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