En la primera mitad de 2017, Japón recibió la cifra récord de 8.561 solicitudes de refugio. Sin embargo, solo admitió tres.
Esto, según Reuters, muestra la renuencia de Japón a aceptar extranjeros.
En el primer semestre del año pasado, Japón aceptó a cuatro refugiados de un total de 5.011 solicitudes.
En enero, la organización que defiende los derechos humanos Human Rights Watch se refirió al registro de Japón con respecto a los solicitantes de asilo como «pésimo».
A diferencia de otros países industrializados, que han aceptado o incluso promovido la inmigración para revitalizar su mano de obra, Japón ha permanecido hostil (a los extranjeros) a pesar de que la reducción y envejecimiento de su población es una razón clave detrás del lento crecimiento de su economía, según Reuters.
Sin embargo, quienes defiende la estricta política de Japón afirman que ha aumentado el número de extranjeros que mienten en sus solicitudes de refugio pues pueden trabajar mientras estas son procesadas. Es decir, en realidad no son personas cuya vida corra peligro y necesiten amparo. (International Press)
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