Abe cuestionado por vínculos con guardería ultranacionalista

Foto Kantei

El primer ministro nipón, Shinzo Abe, trató de desvincularse de la creciente polémica que ha generado en el país asiático una guardería que promovía mensajes nacionalistas y xenófobos, y en la que su mujer, Akie Abe, ocupaba un cargo honorario.

El centro de educación infantil, ubicado en Osaka (oeste), está gestionado por una compañía privada vinculada a la organización ultraconservadora Nippon Kaigi, la cual adquirió unos terrenos para construir un nuevo colegio por un precio mucho inferior a su valor de mercado, según han criticado los partidos de la oposición.


La polémica en torno a la guardería estalló la semana pasada con la difusión de vídeos donde aparecían algunos de sus alumnos recitando consignas militaristas, nacionalistas, contrarias a China y a Corea del Sur o de apoyo al propio Abe.

El primer ministro nipón calificó de «inapropiado» el hecho de que el personal del centro hiciera cantar este tipo de lemas a sus alumnos de entre tres y cinco años durante un evento deportivo, al ser cuestionado sobre el asunto durante una comparecencia parlamentaria.

Entre otros detalles recogidos por los medios nipones, la guardería obligaba a sus alumnos a memorizar el decreto de educación del Japón Imperial, adoptado en 1890 y en vigor hasta la II Guerra Mundial, que promovía una enseñanza militarista y en la que se ensalzaba al emperador como figura divina.


La legislación nipona actual establece que los centros educativos deben evitar enseñanzas de carácter político que favorezcan o perjudiquen a determinados partidos.

Abe también explicó que remitió una protesta formal a la empresa propietaria de la guardería, a raíz de su iniciativa para construir un nuevo colegio llamado Memorial Shinzo Abe y promocionado como «el primer centro escolar sintoísta de Japón».

La oposición también ha criticado que la empresa educativa Moritomo Gakuen adquiriese los terrenos para construir este nuevo centro el pasado junio en Osaka por un precio de 134 millones de yenes (1,12 millones de euros), el 14 por ciento de su valor de mercado, según los datos presentados por el Gobierno ante el comité parlamentario.


Asimismo, la esposa del líder conservador, Akie Abe, ocupaba el cargo de presidenta honoraria de la controvertida guardería hasta que el caso salió a la luz, y firmaba un mensaje de apoyo al centro publicado en su página web.

El presidente de la empresa educativa, Yasunori Kagoike, dirige también la rama de Osaka de Nippon Kaigi, un «lobby» que ha sido objeto de numerosas críticas por su revisionismo histórico o por su defensa del culto al emperador, y que cuenta con afiliados de alto perfil, entre ellos el propio primer ministro.


El ministro de Educación, Hirokazu Matsuno, afirmó que el Ejecutivo está «observando con detenimiento» la gestión del escándalo por parte del Gobierno regional de Osaka, y añadió que espera que se esclarezca si el centro promovía actividades contrarias a la normativa. (EFE)

 

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