Entre enero y abril del año pasado, una estudiante de una escuela de primaria de la prefectura de Yamaguchi encontró nueve veces en su pupitre y casillero notas amenazantes. Al menos una de ellas decía “muere”. Además, su mochila fue marcada con una X.
La niña, estudiante de cuarto grado, dejó de asistir al colegio. En julio volvió a la escuela. El 16 de noviembre, la niña habló con un profesor sobre los abusivos que le habían dejado las notas.
¿Qué hizo el maestro? ¿Le ofreció consuelo, apoyo? No. «Si tan solo tuviera poderes sobrenaturales yo podría encontrarlos», dijo. Al día siguiente la niña no fue a la escuela, revela Mainichi Shimbun.
En diciembre, sus padres acudieron a la Asociación de Abogados de Yamaguchi por la negligente reacción de la escuela frente al ijime sufrido por su hija.
La escuela se disculpó con los padres por el necio comentario del profesor. El superintendente de la junta educativa de Yamaguchi, Seiji Iwaki, lamentó que esto hubiera ocurrido justo cuando la víctima estaba logrando salir adelante en la escuela, y asumió la responsabilidad.
La escuela informó a la junta educativa local sobre el ijime e interrogó a los estudiantes para averiguar la identidad de los autores de las notas, pero ha sido incapaz de identificarlos. (International Press)
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