Jorge Barraza: Empieza la copa de la modestia

Atlético Nacional, River y Palmeiras, los favoritos

 

Jorge Barraza

Por @JorgeBarrazaOK


Diez meses, 47 equipos, 156 partidos, más de 1.200 jugadores, 8 equipos brasileños… La engordada Copa Libertadores comenzará el lunes con varios récords, al menos en números. En calidad, difícil. Salvo alguna honrosa excepción tipo Miguel Borja, todos los mejores futbolistas están fuera del continente. Y sin cracks no hay espectáculo. Puede reemplazarse, en parte, con ardor, entrega, entusiasmo. Desde luego, escaseará la calidad. Y es altamente posible que, a comienzos de julio, al arrancar los octavos de final, los mercados europeo, árabe, asiático y de América del Norte (México y Estados Unidos) hagan otra barrida y se lleven a los elementos más destacados de la Libertadores hasta ese momento. Incluso es muy poco probable que el mismo Borja, gran goleador, permanezca en Medellín en el segundo semestre.

Pese a semejante volumen en todo sentido, estarán ausentes 12 campeones de Copa: Independiente, Boca, Racing, Argentinos Juniors, Vélez, Sao Paulo, Corinthians, Inter, Cruzeiro, Vasco da Gama, Once Caldas, Liga de Quito. Diez subcampeones: Newell’s Old Boys, Fluminense, Sao Caetano, Cobreloa, América y Deportivo Cali, Cruz Azul, Chivas de Guadalajara, Tigres de Monterrey, estos últimos por el retiro del fútbol mexicano. Amén de otros clubes grandes o tradicionales que tampoco clasificaron como Rosario Central, Bolívar, Oriente Petrolero, Blooming, Universidad de Chile, Botafogo, Cerro Porteño, Alianza Lima, América de México, Pachuca (campeón de la Sudamericana en 2006), Toluca, Pumas, Morelia… Y resiste algún etcétera más.

Estamos hablando de una Copa con 47 participantes a la que, no obstante, le faltarán unos 35 clubes que han sido habituales animadores a lo largo de la historia, la mayoría de ellos muy taquilleros. Por eso veremos camisetas extrañas y escucharemos nombres curiosos como Deportivo Capiatá, Sport Boys de Warnes, Iquique, Carabobo, Atlético Tucumán… Es lo que hay.


En esa aridez de estrellas no es muy difícil aventurar que un par de clubes brasileños y colombianos, más River, son favoritos a pelear el título. Aún lejos del potencial que tenían antiguamente, los brasileños tienen con qué aspirar a la corona: grandes presupuestos, maravillosos estadios mundialistas que sin duda se llenarán, algunas figuras que siempre pueden retener o repatriar, y por supuesto el número: habrá 8 representantes de la patria de Pelé. De los cuales 6 ya están garantizados en la fase de grupos. Palmeiras, actual campeón de Brasil, ha formado una buena escuadra. Si hubiese podido retener a Gabriel Jesús hubiésemos apostado unos boletos a su posible consagración. Pero el joven atacante ya está en el Manchester City. Al Verdão podríamos agregar al Atlético Mineiro y a Flamengo, más por lo que significan en el universo futbolero que por poderío.

Los otros grandes candidatos son Nacional de Medellín (en primer lugar) e Independiente Santa Fe. Nacional no sólo por su carácter de campeón vigente sino porque, aún desgajado, conserva un buen plantel, al que siempre refuerza con criterio, y porque logró atesorar a Reinaldo Rueda, garantía de un proceso, como mínimo, eficiente. Si Nacional se empeña podría conseguir el doblete. No es quimérico en absoluto. Santa Fe, campeón de la Sudamericana en 2015, viene de coronarse en Colombia, volvió a rearmarse y suele incorporar jugadores con mucho tino y buen ojo. Y tiene a Gustavo Costas, que es astuto, ganador y simple, nunca se complica y mantiene el vestuario en armonía.

A ellos podría oponérseles River, que más allá de su gran historia y de su excelente técnico Marcelo Gallardo, presenta un plantel calificado. Se le han ido jugadores importantes, pero se da maña para sustituirlos. No hay que descartar totalmente al San Lorenzo de Diego Aguirre (aquel del célebre gol agónico al América de Cali en 1987 en el último segundo, del último partido, después de desempate y alargue). San Lorenzo ha tenido algunos partidos brillantes en el semestre anterior, con velocidad, ambición y garra. Perdió a uno de sus referentes de ataque, el uruguayo Martín Cauteruccio, fichado por el Cruz Azul de México, también al lateral izquierdo que jugó frente a Colombia en la Eliminatoria, Emanuel Mas, y hay otros dos que podrían emigrar. Pero si se quedan, dará batalla el Ciclón.


Siempre ameritan dos líneas los clubes uruguayos, por lo que han dado a través de los años. Peñarol atraviesa un mal momento en varios sentidos, sobre todo deportivo, no así Nacional. No obstante, aunque se vuele muy bajo en estas copas de ahora, el fútbol uruguayo a nivel de club no es capaz de retener a ninguna figura por razones económicas y eso los priva de grandes pretensiones. Pero en una buena noche pueden tumbar a cualquiera.

Con el debido respeto por todos, si nos ponemos muy exigentes nos quedarían a lo sumo tres aspirantes fuertes-fuertes al título: Atlético Nacional, River y Palmeiras. Los demás están por verse.


La Conmebol hizo público el reglamento, que entre sus novedades más trascendentes dice que habrá sorteo para los enfrentamientos en octavos de final. Será el único. Luego los equipos tendrán un ordenamiento fijo. Es decir, la clasificación técnica, que era un gran acierto de la Copa Libertadores, prácticamente en lo único que aventajaba a la Champions League, no corre más. Se eliminó el mérito de ser primero. Como dice Discépolo en Cambalache, “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor… ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador…¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!…  Lo mismo un burro que un gran profesor…”.

Ahora quedan en igualdad de condiciones el de mayor puntaje y el peor. Ejemplo: en la edición 2015, Boca Juniors logró 18 puntos en la fase de grupos y River 7. El sentido común indica que Boca debía tener una leve ventaja. Y la había. Eso desapareció. La otra variante importante es que ahora podrán jugar la final dos equipos del mismo país, lo cual queda reservado a brasileños, argentinos y colombianos; los demás no tienen estas posibilidades deportivas.

El lunes se dará el puntapié inicial con tres partidos en los que seguramente no habrá reventa de entradas ni récords de audiencia televisiva: Universitario de Sucre-Montevideo Wanderers, Capiatá-Táchira y Municipal (de Lima)-Independiente del Valle. Este último sigue siendo un equipo novato para las copas, aunque comparado con varios parece el Real Madrid.

Será la Libertadores más larga de la historia, no la de más fulgor, no hace falta ser adivino para vaticinarlo.

(*) Columnista de International Press desde 2002. Ex jefe de redacción de la revista El Gráfico.


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