Si hay algo peor que comprar un alimento feo es que esté “usado”. Eso le ocurrió a un cliente de 7-Eleven que el 24 de diciembre compró un pastel navideño en una tienda en Koto, Tokio.
Grande fue su disgusto cuando abrió la cajita que contenía el dulce y se dio cuenta de que estaba a medio comer. Alguien le había dado un buen mordisco.
Como habría hecho cualquera, el usuario se quejó.
El gerente del local y el empleado que vendió el pastel visitaron al cliente para ofrecerle otro en sustitución y reembolsarle el dinero que gastó. El indignado usuario rechazó los ofrecimientos y exigió explicaciones.
El cliente no solo llamó a la tienda de Koto para quejarse, sino también a la compañía que opera la cadena, Seven &i Holdings.
Lo que ocurrió, según Japan Today, fue esto: un empleado de la tienda tomó el pastel, le dio un mordisco y dejó el resto en su cajita original, que colocó en una nevera junto a otros pasteles para la venta.
Otro trabajador del local, creyendo que el pastel a medio comer era nuevo, lo sacó de la nevera y lo puso en los anaqueles, de donde lo agarró el usuario.
La compañía admitió su negligencia, se disculpó por el vergonzoso incidente y se comprometió a mejorar sus controles. (International Press)
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