Lecciones de un desconocido (y de un papá)
La historia empieza con un papá y sus dos hijos, una niña y un bebé, en un acuario. El hombre le da a su hija 300 yenes (2,86 dólares) para que vaya a comprar un helado. La niña retorna con el helado y un recibo que registra el precio: 350 yenes (3,34 dólares). ¿De dónde sacó la pequeña los 50 yenes (0,48 dólares) restantes?
La niña le contó a su papá que en la fila, detrás de ella, había un desconocido que pagó los 50 yenes faltantes. La niña, feliz, tomó su helado y se fue sin darle las gracias al hombre.
En el viaje de vuelta a casa, en el coche, el papá le explicó a su hija que el desconocido que le dio los 50 yenes había trabajado duro para conseguir el dinero, y le preguntó cómo creía que se habrá sentido el señor al ver que la niña a la que le dio los 50 yenes se retiraba sin darle las gracias.
La reprimenda afectó a la niña. “Ella comenzó a llorar y decir: ‘Me siento mal por él!’. ‘¡Lamento no haberle dicho gracias!’”, cuenta el papá.
El hombre seguramente sintió que se le había pasado un poco la mano y le pidió perdón a su hija por no haberle dado suficiente dinero para comprar el helado.
El papá, el tuitero @tarosuke081, publicó la historia en Twitter, recogida por el sitio RocketNews24, y aprovechó la ocasión para agradecer profundamente al extraño por los 50 yenes.
¿Llegará el agradecimiento al generoso desconocido? Sería genial que así fuera. En todo caso, debido a su gesto, una niña japonesa aprendió a decir gracias. Y algo más importante: en retribución por el favor recibido de un extraño, la pequeña ayudará a otros. La generosidad también se puede contagiar. (International Press)
Linda historia. Pero de periodístico…. nada.
Y yo desde aqui le agradezco tan gentil gesto de compartir una noticia tan valiosa donde mucho por la vida misma nos ha vulto ingratos.