Indignación ciudadana por el uso inapropiado de dinero por parte del gobernador
El escándalo originado por los cuestionados gastos del gobernador de Tokio, Yoichi Masuzoe, sigue trayendo cola. La indignación ciudadana está lejos de amainar.
Los empleados del gobierno metropolitano de Tokio reciben tantas llamadas de gente que se queja de Masuzoe que no pueden cumplir con su trabajo, reveló Asahi Shimbun. Si no son llamadas telefónicas, son correos electrónicos.
Hasta el 6 de junio, el gobierno había recibido 26.500 quejas y comentarios sobre el uso de Masuzoe de fondos políticos y dinero público.
Un comité de investigación determinó que el gobernador utilizó incorrectamente fondos políticos para asuntos privados, como estadías en hoteles y cenas familiares. Sin embargo, no halló nada ilegal en su conducta.
Además, Mazusoe ha sido criticado por sus gastos excesivos en sus viajes al extranjero (con dinero de los contribuyentes) y el uso frecuente de vehículos oficiales para viajar a su casa de vacaciones en la prefectura de Okinawa.
Los correos electrónicos y llamadas telefónicas sobre sus viajes al extranjero ascendieron a 5.300; los referidos al uso personal de coches oficiales fueron 2.700; y los relativos al empleo inapropiado de fondos políticos ascendieron a 18.500.
El gobierno tokiota tiene una sección en la Oficina de Asuntos Ciudadanos y Culturales que recibe peticiones y opiniones de los ciudadanos de Tokio.
¿Qué ocurre? Que hay gente que llama para quejarse y mantiene ocupada a la persona que la atiende hasta por media hora. Cuando otros ciudadanos llaman a la sección y encuentran la línea ocupada, deciden llamar a otras áreas.
Un funcionario declaró a Asahi que están “inundados” por las quejas, lo que les impide trabajar con normalidad. “Me pregunto cuánto tiempo va a continuar».
La situación pinta fea para Masuzoe. Ni siquiera en su gobierno lo defienden. Otro funcionario dijo que las respuestas de Masuzoe durante una sesión de interrogatorio de la Asamblea Metropolitana de Tokio realizada el martes fueron “malas” y que no existe “determinación” de su parte por ofrecer una rendición de cuentas. (International Press)
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