Jamás se debe enfrentar al ladrón
Lima es una ciudad cada vez más insegura. Yuriko Tsukamoto, una peruana que reside en Japón, lo sufrió en carne propia la semana pasada cuando fue víctima de un taxista ladrón. Ante la incapacidad del Estado para proteger a sus ciudadanos, estos no tienen más alternativa que extremar precauciones. Aquí algunos consejos para los peruanos en Japón que tengan planes de retornar a su país:
- Al subir a un taxi, avísale a un familiar o amigo (por teléfono o mensaje) y dale el número de la placa del taxi y en cuánto tiempo calculas que llegarás a tu destino.
- Chequea que la placa del taxi esté pintada en la parte lateral del auto y que el número coincida con los números de las placas de las partes delantera y trasera.
- Siéntate detrás del taxista (no a su lado), así le será más difícil sorprenderte. Chequea que funcionen las manijas, seguros y lunas.
- Nunca aceptes nada del taxista (una bebida, por ejemplo).
- Si sales a juerguear, estás ebrio y es muy tarde, mejor no tomes un taxi. Mucha gente borracha que se queda dormida en un taxi es asaltada.
- Si el taxista habla por teléfono, escucha con atención lo que dice.
- Si subes a una camioneta o station wagon, verifica que no haya nadie agazapado en la parte de atrás.
- Nunca retires grandes cantidades de dinero del banco. Tampoco es recomendable ir al cajero automático en la noche. Cuando salgas del banco, no tomes un taxi que esté estacionado cerca.
- Es mejor tomar un taxi de una empresa formal. Quizá no sea cien por ciento seguro, pero el riesgo de ser asaltado disminuye mucho. Es más caro, sí, pero la prioridad es la seguridad.
NUNCA OPONER RESISTENCIA
Si te roban, no debes oponer resistencia. Nunca. Que te quiten el celular, el dinero o el carro, pero no la vida. Es lo único que no podrás recuperar. En caso de ser víctima de un robo, el experto César Ortiz Anderson, presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana del Perú, recomienda mantener la calma (sí, es más fácil decirlo que hacerlo, pero no queda otra) y jamás reaccionar violentamente.
Ortiz dice que el delincuente debe sentir en todo momento que tiene el control de la situación. Si percibe una actitud desafiante por parte de la víctima (por ejemplo, a través de la mirada), se puede volver más agresivo o violento y hacer daño. Por eso aconseja no mirar directamente a los ojos al ladrón.
Hay gente que cuando es víctima de un robo, rápidamente intenta ocultar algún objeto de valor (celular, billetera, etc.). El experto recomienda no hacerlo porque el delincuente puede malinterpretar el acto y creer que la víctima intenta sacar un arma, lo que alentaría la agresividad del ladrón. (International Press)