Japonesa que lleva una vida austera no sabe qué hacer con tanto dinero
¿El dinero hace la felicidad? No, pero puede ayudar. Sin embargo, también puede ser motivo de inquietud o preocupación, sobre todo si se trata de mucho dinero, digamos de unos 100 millones de yenes (820.000 dólares).
A (así se identifica en una carta que dirige a Yomiuri Shimbun) es una mujer soltera de cincuenta y tantos años que ha heredado de su madre y su hermano más de 100 millones de yenes y no sabe qué hacer con tanto dinero. Más aún, disponer de tanta plata la perturba.
2015 ha sido un año duro para ella. Su hermano menor, con el que vivía, y su madre, que estaba en un hogar para ancianos, fallecieron uno a continuación de otro.
Grande fue su sorpresa cuando se enteró de que ambos le habían dejado una gran cantidad de dinero.
La mayor parte de la plata la ganó su madre en transacciones en la bolsa. Eso lo supo después de que ella muriese, porque nunca le comentó nada. Además, la anciana vivía austeramente, así que su hija ni sospechaba que guardara tanto dinero.
“Me siento intranquila en lugar de feliz. No tengo ni idea de cómo utilizar el dinero. También siento como si hubiera perdido un principio rector de mi vida”, confiesa la mujer en su carta al diario japonés.
Como su madre, A está acostumbrada a vivir con austeridad. Y como está sola, no tiene a quien dejarle el dinero. Dice que ha escuchado que si muere su dinero, al no tener herederos, irá al tesoro nacional.
“Siento angustia porque no tengo una amiga para hablar abiertamente sobre esto. ¿Qué tengo que hacer?”, pregunta.
“Es una gran cantidad de dinero para un ciudadano de a pie, pero no parece ser suficiente para ayudarle a iniciar un negocio o algo nuevo”, dice el escritor Taku Mayumura, que responde la consulta de la mujer a través de Yomiuri.
“Disculpe que mi sugerencia sea no hacer nada especial, pero creo que sería mejor que usted siga viviendo una vida frugal. Por supuesto, no debería decirle a nadie que tiene el dinero”, aconseja.
“Tal vez, a veces sienta que quiere vivir una vida menos frugal. Si tiene ganas de gastar un poco de dinero para algo, adelante”, añade.
Y cuando la mujer sienta que se acerca su muerte, “¿por qué no donar el dinero restante a cualquier cosa que le guste?”.
En resumen, Mayumura le sugiere que continúe llevando una vida modesta con la tranquilidad de saber que tiene seguridad económica. (International Press)
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