«Es un hombre honesto» y con una «forma de ser que obedece a su origen humilde», dijo el presidente cubano.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, al intervenir por primera vez en una Cumbre de las Américas, hizo hoy un relato histórico de «agresiones imperialistas» a América Latina, pero exculpó de ellas al mandatario estadounidense, Barack Obama.
En un discurso que duró 42 minutos exactos, Castro abundó en su relato sobre las «guerras, conquistas e intervenciones» de EE.UU., al que se refirió como «fuerza hegemónica que despojó de territorios a toda nuestra América y se extendió hasta el río Bravo».
En ese mismo marco, recordó que a fines del siglo XIX el Congreso de Estados Unidos autorizó «intervenir militarmente en Cuba» y que ello dio paso «a la instalación de una base en Guantánamo, que hasta hoy ocupa nuestro territorio».
En esa línea histórica, llegó al Siglo XX, cuando afirmó que «predominó hacia América Latina la política de las cañoneras» y hubo «sucesivas intervenciones para derrocar regímenes democráticos» en América Latina, donde «fueron instaladas dictaduras en veinte países y doce de ellas en forma simultánea».
Siempre en clara referencia a Estados Unidos, aseguró que «sólo en Suramérica fueron asesinados cientos de miles de personas» y citó como caso más «brutal» el golpe de Estado de 1973 contra el presidente chileno Salvador Allende, cuyo ejemplo es «imperecedero», dijo.
Cuando concluía el repaso histórico, Castro decidió ofrecerle «disculpas» a Obama.
«La pasión me sale por los poros cuando de la revolución se trata, pero le pido disculpas al presidente Obama porque él no tiene nada que ver con todo esto», declaró para recibir otra ovación.
«Todos (los presidentes de EEUU anteriores) tienen deudas con nosotros, pero no el presidente Obama», que «es un hombre honesto» y con una «forma de ser que obedece a su origen humilde», dijo.
Castro también valoró como «un paso muy positivo» la decisión de Obama de quitar a Cuba de la lista de países que, según Estados Unidos, son patrocinadores del terrorismo y comentó con ironía esa acusación que la Casa Blanca mantiene desde hace décadas.
«Dicen que somos terroristas. Y sí hemos hecho algunos actos de solidaridad con muchos pueblos que pueden considerarse terroristas» en el «imperialismo», declaró, para aclarar que se refería a misiones humanitarias en diferentes países en vías de desarrollo.
Tras valorar el «esfuerzo» que lleva adelante con Obama para establecer relaciones «normales», Castro instó a los países de América Latina a que apoyen al presidente de Estados Unidos en «su intención de liquidar el bloqueo» a la isla.
«El presidente Obama nació bajo la política del bloqueo a Cuba, tampoco tiene culpa de eso», pero «ese y otros elementos deberán resolverse en el proceso de normalización de relaciones», indicó.
Castro también le dejó a Obama una firme exigencia en relación a Venezuela, un país del que sostuvo que «no es ni puede ser una amenaza contra la seguridad de Estados Unidos».
Consideró «positivo que el presidente Obama lo haya reconocido», pero exigió que «sean derogadas» las sanciones aplicadas a Venezuela y manifestó «todo el apoyo de Cuba al Gobierno legítimo y a la unión cívico milita que encabeza el presidente Nicolás Maduro».
Al hablar de Venezuela, Castro llegó a encresparse al afirmar que los cubanos con quienes «mejor conocen» el proceso de «agresión» que «sufre» el Gobierno bolivariano.
«Lo sabemos porque (los venezolanos) están pasando por el mismo camino por el que pasamos nosotros y están pasando por las mismas agresiones por las que pasamos nosotros», declaró al tiempo que daba un fuerte golpe en la mesa.
Castro también aludió indirectamente a Estados Unidos en relación a otros asuntos, como cuando declaró el apoyo cubano a la soberanía argentina sobre las islas Malvinas y a la «defensa de la soberanía financiera de ese país» frente a los llamados «fondos buitre».
Asimismo, manifestó el respaldo de Cuba y de «todos los pueblos latinoamericanos al empeño del pueblo latinoamericano de Puerto Rico por alcanzar la independencia».
En otra alusión directa a Estados Unidos, Castro también afirmó que «no se puede aceptar que menos de una docena de imperios, sobre todo norteamericanos, determinen lo que se ve o se lee en el planeta» y consideró «inaceptable que se empleen herramientas informáticas para agredir o espiar a otros Estados».
Cuando concluía su intervención, Castro le tendió una mano a Obama, a quien le dijo directamente que «quienes estamos aquí tenemos la oportunidad de aprender a respetar las tolerancias y a convivir en paz, como buenos vecinos». EFE