Román conquistó 17 títulos en 18 años de carrera
Fernando Czyz / EFE
Dueño de una habilidad inigualable y de una visión exquisita para «jugar a la pelota», como él mismo define al fútbol, Juan Román Riquelme puso el domingo fin a un idilio de 18 años tras anunciar su decisión de colgar las botas.
Su palmarés marcará que fueron 670 partidos disputados y 173 goles en tan sólo cuatro clubes: Boca Juniors y Argentinos en su país natal, Barcelona y Villarreal en la liga española, a los que se le suman sus actuaciones en juveniles y mayor con la casaca nacional de Argentina.
Considerado como el referente máximo en la historia de Boca Juniors, club del que es acérrimo simpatizante, ‘el romántico del fútbol’ se ha caracterizado durante toda su carrera por su habilidad, elegancia y prestancia con el balón.
‘Torero’, ‘Mago’, ‘Topo Gigio’, ‘JR10’, ‘el último diez’ fueron algunos de los motes que fue adquiriendo durante su extensa trayectoria en la que sumó 17 títulos y un último ascenso a primera división con Argentinos.
Nacido el 24 de junio de 1978 en Don Torcuato, una localidad humilde del norte del conurbano bonaerense, Román formó parte de una numerosa familia compuesta por sus padres Ernesto y María Ana junto con sus nueve hermanos Mercedes, Cristian, Elizabeth, Joana, Diego, Gastón, Karen, Ricardo y Cecilia.
Luego de brillar en los conocidos ‘potreros’, el joven llegó a las divisiones formativas de Argentinos Juniors donde deslumbró hasta 1996 cuando, sin haber tenido su debut profesional, pasó a Boca Juniors.
Desde ese momento generó un idilio con la camiseta xeneize en cuatro etapas donde conquistó 13 títulos y formó parte de la época más gloriosa de uno de los clubes más importantes de Sudamérica.
Su debut fue el 11 de noviembre de 1996 ante Unión de Santa Fe en la Bombonera, por la fecha 12 del torneo Apertura cuando el entonces técnico, Carlos Salvador Bilardo, le brindó su oportunidad.
Al año siguiente compartió plantilla con Diego Armando Maradona y, como una suerte de guiño del destino, el retiro del ‘Pelusa’ coincidió con los primeros destellos de un precoz y habilidoso jugador que poco a poco fue convirtiéndose en un deleite para los amantes del fútbol.
En 1998 el desembarco de Carlos Bianchi a la conducción técnica de Boca generó una sociedad que le brindó a Boca sus años más gloriosos con tres títulos locales (Apertura 1998, Clausura 1999 y Apertura 2000), dos Copas Libertadores (2000 y 2001) y una Copa Intercontinental (2000).
A la par, el tímido Román ya había sido formado por la escuela de José (Pekerman) en las divisiones juveniles albicelestes con las que conquistó el Sudamericano Sub 20 de Chile (1997), el Mundial de la misma categoría en Malasia (1997) y Torneo Esperanzas de Toulón (1998).
Su primer partido con la casaca de la selección argentina juvenil fue con el Sub 18 en la Copa Punta del Este del verano de 1996, en una trayectoria como internacional que se extendió hasta 2008.
Con algunos roces con la directiva de Boca, Riquelme previo a la temporada 2002/03 selló su transferencia al Barcelona a cambio de 13 millones de dólares.
Su paso por el equipo culé no fue extenso y en el verano de 2003 la nueva junta directiva presidida por Joan Laporta cedió ‘este diamante todavía sin explotar’ al Villarreal por dos temporadas.
En el ‘Submarino Amarillo’, Román volvió a enamorar a los aficionados y tras conseguir dos Copas Intertoto (2003 y 2004) y adjudicarse el premio Don Balón al mejor extranjero de la Liga, le permitió al club valenciano disputar por primera vez la Liga de Campeones y acceder a semifinales.
Su debut en la selección mayor fue el 16 de noviembre de 1997 ante Colombia en la Bombonera, por la última jornada de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Francia 1998.
Sin embargo, su época dorada con la camiseta albiceleste nuevamente de la mano de José Pekerman en 2005, ya que le brindó la conducción del equipo y el histórico dorsal número 10.
Esto le permitió a Román ser subcampeón en la Copa Confederaciones 2005 y llegar como uno de los referentes a Alemania 2006, su primera y única participación en Copas del Mundo, donde su camino sufrió una dolorosa eliminación en cuartos de final ante el anfitrión.
En 2007, sus fuertes raíces argentinas y sus ansias de regreso le permiten un préstamo para sellar su segunda etapa en Boca Juniors, donde rápidamente se vuelve a transformar en máximo referente y lidera al club a la conquista de la Copa Libertadores.
En ese mismo año jugó su segunda Copa América con Alfio Basile en Venezuela -la primera fue en Paraguay 1999-, donde la selección albiceleste fue subcampeón tras caer en la final ante Brasil, en uno de los partidos que ‘el 10’ recuerda como uno de los más dolorosos de su extensa trayectoria.
Hombre de palabra, Riquelme regresó luego a Villarreal donde el técnico chileno Manuel Pellegrini no lo tuvo en cuenta y vivió la etapa más extensa sin poder jugar en estado de plenitud física.
Al año siguiente, Juan Román Riquelme regresó a Boca Juniors una vez más para su tercera etapa donde consiguió dos títulos locales (Aperturas 2008 y 2011), una Copa Argentina (2011/12) y una Recopa Sudamericana (2008).
En 2008, Riquelme fue elegido como uno de los tres mayores para integrar la plantilla olímpica que logró la segunda medalla dorada en los Juegos de Pekín, en lo que sería su adiós prematuro del seleccionado.
En marzo de 2009 volvió a demostrar un carácter duro y tenaz en un contrapunto con Diego Maradona, el entonces seleccionador albiceleste, que marcó el final de su sueño de volver a ser mundialista en Sudáfrica al año siguiente.
Su «renuncia indeclinable» sólo permitió una convocatoria de Alejandro Sabella, frustrada por una lesión de último momento, para los Superclásicos de las Américas de 2011 ante Brasil.
El temperamento de Riquelme volvió a tener un golpe en 2012 cuando, luego de perder la final de la Copa Libertadores ante Corinthians, anunció su salida de Boca porque «no tenía más fuerzas ni más que darle al club».
Finalmente, y con el regreso de Carlos Bianchi en 2013 se permitió renovar sus esperanzas y volver a jugar por una temporada más hasta que en junio del año siguiente en una nueva disputa con los directivos xeneizes anunció su paso al Argentinos Juniors ‘vinculado a su infancia’.
En seis meses consiguió liderar al equipo donde se formó como futbolista en su regreso a la primera división con 18 partidos disputados y cinco goles.
Aquel partido del 7 de diciembre de 2014 ante Douglas Haig con empate 1-1 en el estadio Diego Maradona marcó los últimos pasos del ‘Torero’.
Esta vez el habilidoso diez no pudo eludir el paso del tiempo y no encontró una motivación suficiente para que sus botas vuelvan a lucir en el verde césped.
La retirada de Juan Román Riquelme abre un interrogante sobre su futuro que estará ligado al club de sus amores, Boca Juniors, pero no como entrenador sino como directivo y siguiendo los pasos de Juan Sebastián Verón, con el anhelo de ser presidente.