Colegio en Kumamoto tiene una sola estudiante
Menos población, menos niños, menos escuelas. Si no quieren desaparecer, las escuelas deben fusionarse. Mainichi Shimbun revela en un artículo la realidad a la que tienen que enfrentarse muchas zonas de escasa población en Japón.
En el pueblo de Nose, ubicado en una región montañosa en el norte de Osaka, se planea la fusión de ocho escuelas de primaria y dos de secundaria en una sola. El nuevo colegio comenzará a operar en abril.
En 2014, Nose fue designado como municipio en riesgo de desaparecer. De acuerdo con cifras de mayo del año pasado, solo tenía 665 estudiantes, menos de la mitad que una década atrás.
La decisión de unir escuelas en Japón no es nueva. En 2009, la ciudad de Otaru, Hokkaido, puso en marcha un plan para reestructurar 41 escuelas de primaria y secundaria, cerrándolas o fusionándolas, y transformarlas en 21 en un periodo de 15 años.
Mientras tanto, el Ministerio de Educación de Japón acaba de presentar un proyecto para regular el cierre y la fusión de escuelas en el país asiático.
Sin embargo, no en todas partes siguen el camino de Nose.
El año pasado, una escuela del pueblo de Taragi, Kumamoto, cerrada desde 2007, reabrió sus puertas para recibir a Mio Ueji, una niña de 7 años que se mudó a la zona con su familia.
La escuela de Mio está situada en las montañas, a unos 20 km del centro de Taragi. La población del barrio de Tsukigi, donde se ubica la escuela de Mio, está formada en su gran mayoría por ancianos. El 73,7 % de sus habitantes tiene 65 años o más. Hasta 1986 tuvo una escuela de secundaria.
¿Por qué reabrir una escuela para una sola estudiante? “Necesitábamos abrir la escuela para animar a los jóvenes a venir aquí”, explica un funcionario local a Mainichi.
El padre de Mio espera que más gente se mude al barrio y, en consecuencia, más estudiantes se matriculen en la escuela. “Mi hija bromea diciendo que tiene un profesor para ella sola”, dice.
Una vez a la semana, para que no se sienta tan sola, Mio acude a otra escuela para interactuar con otros estudiantes.
En la ciudad de Yanagawa, Fukuoka, hay 19 escuelas de primaria, la mayoría de las cuales tiene solo una clase por grado. En diciembre de 2011, la junta educativa de la ciudad decidió no cerrar o fusionar ninguna escuela de primaria o secundaria durante diez años.
¿Por qué? A los padres les preocupaba que si el número de estudiantes por clase aumentaba como fruto de las fusiones, la calidad de la enseñanza disminuiría al tener los profesores que atender a más alumnos. El bullying era otro de sus temores.
Sin embargo, la población infantil continúa reduciéndose y algunas escuelas están juntando sus clases para hacerle frente al problema. (International Press)