Tecnología utilizada pone de manifiesto el imparable desarrollo de la robótica en Japón
La compañía nipona de tecnología Murata presentó en Tokio su nueva generación de robots, un grupo de diez pequeñas y alegres animadoras capaces de sostenerse sobre una bola y ejecutar una coreografía sincronizada sin colisionar.
«Queremos que inspiren a los jóvenes investigadores en sus nuevos descubrimientos y pongan sonrisas en las caras de la gente en todo el mundo», dijo durante la presentación rueda el líder del proyecto, Koichi Yoshikawa.
Los robots, que no serán comercializados, cuentan con tecnologías que podrían tener utilidades prácticas y que ponen de manifiesto el imparable desarrollo de la robótica en Japón.
Sus 36 centímetros de alto y 1,5 kilos de peso son suficientes para proveerlas de aproximadamente una hora de autonomía y esconder los secretos que permiten a estas animadoras balancearse a 30 centímetros por segundo, sin chocar o caer.
Para ello, cada robot incorpora tres sensores de giro que identifican la dirección en la que se inclinan y los hace moverse hacia ella, una actualización del sistema desarrollado para los modelos anteriores, Murata Boy y Murata Girl, al que se añade una tecnología que les permite detectar ángulos de giro.
Estos sensores son similares a los que se emplean en cámaras de fotos, sistemas de navegación de coches y los más modernos sistemas de control de estabilidad eléctrico (ESC) de los vehículos, que previenen que patinen, explicó Yoshikawa.
Además, cada robot esconde en su cabeza cinco micrófonos ultrasónicos y cuatros sensores infrarrojos que detectan su posición actual y les permiten localizar los objetos a su alrededor en un radio de 16 metros, incluso en la oscuridad.
Los datos recogidos por estos sensores se comparten entre ellas a través de una red «wireless», lo que permite a cada animadora localizar a las demás con exactitud y evitar cualquier posible colisión mientras danzan con sus pompones LED multicolor.
Esta tecnología de control de grupo ha sido desarrollada en colaboración con investigadores del Laboratorio Matsuno de la Universidad de Kioto y puede aplicarse en los diseños de robots de rescate en casos de desastre y, en un futuro, para desarrollar vehículos y transportes «más seguros y eficientes», dijo Yoshikawa.
Otro de los posibles usos de esta tecnología de percepción y comunicación podría aplicarse en sistemas de gestión de energía en casa y edificios, y para transmitir las señales vitales de la gente y seguir «avanzando» en materia de salud, añadió.
Las Murata Cheerleaders, cuya presentación en sociedad coincide con el setenta aniversario de la fundación de la compañía, constituyen la cuarta generación de robots de la empresa japonesa tras el lanzamiento de la primera generación de Murata Boy en 1991, la segunda en 2005 y la llegada de Murata Girl en 2008.
Los aficionados a la robótica podrán ver a las nuevas animadoras de Murata en el próximo Ceatec 2014, donde se exhibirán entre el 7 y el 11 de octubre en Tokio. (EFE)