Casi un tercio de mujeres de treinta y tantos años lo son
“El 30 % de las mujeres solteras de treinta y tantos años son vírgenes: ¿Es eso tan extraño?», titula la revista Shukan Post un reportaje sobre la cada vez más extendida inclinación por la virginidad entre las mujeres japonesas.
Japan Times, que recoge el artículo de la publicación nipona, cree que este podría haberse titulado algo así como: “El orgullo de ser virgen”.
Una mujer profesional y soltera llegó a los 30 años siendo virgen. Nadie lo sabía. Lo mantenía en secreto por vergüenza, como quien oculta un pasado delictivo o una enfermedad. Cuando cumplió los 30, se armó de valor y confesó su virginidad a su entorno. Ella esperaba no digamos un escándalo, pero sí un alboroto. No pasó nada. “¿Cuál es el problema? ¡Bien por ti!”, le dijeron. Ella ahora tiene 33 y sigue siendo virgen, pero eso ya no la atormenta. Acepta su virginidad como una cosa natural.
Otra soltera, también profesional y de 33 años, le dice a Shukan Post que su trabajo es lo primero. Entrar a una buena universidad, estudiar duro una vez en ella, seguir una maestría en el extranjero, en suma, forjarse una carrera –subraya– demanda mucho tiempo y esfuerzo, así que no hay tiempo para cosas como el sexo.
Eso no quiere decir que lo haya desterrado de su vida. “Mi plan desde el principio era empezar a pensar en el matrimonio a la mitad de mis treinta, con un hombre que me amara, alguien a quien pudiera respetar como un miembro responsable de la sociedad. Y mi primera experiencia sexual sería con él”, cuenta.
De acuerdo con estadísticas del Ministerio de Salud de Japón, el 40,1 % de las japonesas solteras de 20 a 24 años son vírgenes; en el caso de las solteras de 35 a 39 años, la tasa se reduce a 25,5 %.
Las cifras del fabricante de condones Sagami, que también recoge Japan Times, difieren un poco: el 25,5 % de las solteras veinteañeras son vírgenes. Sorpresivamente (o quizá no), la virginidad entre los hombres, también solteros y veinteañeros, es mucho más elevada: 40,6 %.
Este dato da pie para arrojar luz sobre otra tendencia, según la revista Spa!: las mujeres de 20 a 29 años en Japón prefieren cada vez más a los hombres cuarentones que a los de su misma franja de edad.
Las mismas chicas lo explican. «Mi primera experiencia sexual fue a los 16 años con un hombre 10 años mayor. Desde entonces, los hombres de mi edad me han parecido un poco inmaduros. Están bien como amigos, pero nunca he salido con nadie de mi edad», dice una mujer de 26 años.
Una contadora de 28 años tiene como pareja a un colega que le lleva 20 años. La diferencia de edad no es ningún problema para ella. Al contrario: «Cualquiera que sea la dificultad que tenga, él siempre tiene una respuesta para mí. Él es mi paz mental”. (ipcdigital)