Asesino había sido arrestado por otro delito
El 1 de diciembre de 2005, Yuki Yoshida, una niña de 7 años, desapareció mientras se dirigía a su casa en la prefectura de Tochigi. Al día siguiente, su cuerpo desnudo y sin vida fue encontrado en un bosque en Ibaraki, a unos 60 km de la ciudad donde vivía. Había sido apuñalada alrededor de diez veces.
Tuvieron que transcurrir nueve años para que la policía descubriera la identidad del asesino: Takuya Katsumata, un hombre de 32 años.
Katsumata fue arrestado por la policía en enero de este año, pero no por el asesinato de Yuki, sino por comercializar productos de marca falsificados. En abril, el sujeto comenzó a insinuar que había estado involucrado en la muerte de la niña.
El martes, la policía reveló que en la computadora de Katsumata encontró videos e imágenes de varias niñas, entre ellas Yuki, según Japan Today.
El asesino admitió su culpabilidad y aseguró que conoció a la niña el día en que la mató. Hasta ahora no ha explicado los móviles de su crimen, pero dijo que quería “disculparse con Yuki”.
Katsumata, que se dedicaba a la venta de antigüedades en mercados de pulgas, ya había estado en la mira de la policía. Fue considerado sospechoso en la primera etapa de la investigación del caso, pues vivía a dos kilómetros de la casa de la niña y su automóvil había sido visto en la zona donde esta desapareció. Sin embargo, nunca pudo recopilar suficientes pruebas para acusarlo.
Durante estos 9 largos años, la policía siguió más de 3.673 pistas y ofreció una recompensa de 5 millones de yenes (alrededor de 49.000 dólares).
No hay nada que pueda resarcir la pérdida de una hija, pero al menos los padres de Yuki tienen la seguridad de que el asesino está tras las rejas y recibirá una merecida condena. (ipcdigital)