Shinzo Abe dice que pretende “contribuir más a la paz”
Antonio Hermosín / EFE
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, dio el jueves el primer paso hacia la revisión de la Constitución pacifista de Japón, con el objetivo de que este país tenga un papel militar más activo y gane peso estratégico a nivel internacional.
Abe propuso modificar la interpretación del Artículo 9 de la Carta Magna japonesa que prohíbe expresamente el uso de la fuerza para resolver disputas internacionales, e incluso dejó la puerta abierta a una reforma de la Carta Magna, durante una rueda de prensa.
En este artículo, redactado bajo la ocupación estadounidense al término de la II Guerra Mundial, Japón renuncia a tener Ejército propio y a declarar la guerra a otro Estado, aunque sí se permite contar con «Fuerzas de Autodefensa» y responder militarmente en caso de agresión.
El primer ministro nipón pretende ahora revisar este punto para posibilitar operaciones militares japonesas más allá de su territorio en caso de ataques a sus aliados, lo que supondría el mayor giro de la política de Defensa nipona desde 1949, según destacaron los medios japoneses.
Japón pretende así «contribuir más a la paz y a la estabilidad globales», según dijo Abe, quien basó su propuesta en un informe elaborado por un grupo de expertos por encargo del Ejecutivo.
El primer ministro, no obstante, quiso «dejar claro» que quiere preservar el carácter pacifista de la Constitución nipona, aunque abogó por «un pacifismo activo, que sea conquistado y no adquirido».
El citado informe alerta sobre el aumento de las tensiones en la región del Pacífico, y señala en particular los ensayos balísticos y nucleares de Corea del Norte y la intensificación de las operaciones marítimas de China.
Aunque no mencionó a ningún país en concreto, Abe señaló que hay potencias que ejercen «la fuerza unilateral» en esta región, lo que obliga a las autoridades niponas a «vigilar las aguas japonesas durante las 24 horas».
Los principales socios internacionales de Japón -EEUU, la UE y ASEAN- han dado un «fuerte apoyo» a esta revisión al tener en cuenta «el papel que juega Japón en el mundo», según manifestó Abe, que recientemente viajó a Europa y a otros países asiáticos y recibió la visita de Estado del presidente estadounidense, Barack Obama.
El documento presentado incluye actividades concretas que Japón no puede ejercer bajo el actual marco legal pero que serían posibles con la revisión, como defender a navíos estadounidenses que sean atacados cerca de territorio nipón o interceptar misiles lanzados hacia EEUU.
Asimismo, la revisión de la Constitución permitiría a las Fuerzas de Autodefensa niponas intervenir en ayuda de ciudadanos japoneses que se encuentren «en situaciones de emergencia» en otros países.
«Actualmente las Fuerzas de Autodefensa no pueden hacer nada para salvar la vida de japoneses que estén en peligro en el extranjero», expresó Abe, quien puso los ejemplos de un barco con pasajeros nipones que sufra un ataque en aguas de otros país y del secuestro de miembros de una ONG nipona.
La nueva interpretación de la Carta Magna supondría ampliar el actual derecho de «auto-defensa» al de «auto-defensa colectiva», un concepto contemplado en el Derecho internacional y que permitiría la participación en operaciones de seguridad de Naciones Unidas.
La intención de Abe es sacar adelante la revisión como una decisión del Ejecutivo y sin necesidad de enmendar la Constitución, un proceso legal complicado y que genera división en la sociedad japonesa.
El primer ministro y líder del LPD, en cualquier caso, necesitará el respaldo de su aliado en la coalición de Gobierno, el partido budista Nuevo Komeito, tradicionalmente reacio a modificar el carácter pacifista de la Carta Magna.
El 49 % de los japoneses se opone a reinterpretar la Constitución, mientras que sólo un 38 % lo apoya, según una reciente encuesta elaborada por el diario Nikkei.
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