El pasado 10 de agosto, Kaori Ishizuka, de 22 años, dejó a su hija Riona de año y medio sola en su casa para irse a trabajar. Era mediodía. Cuando retornó, 18 horas después, la bebé estaba muerta.
Riona murió debido al intenso calor, según Japan Today. El aparato de aire acondicionado en la casa estaba apagado y ese día la temperatura alcanzó los 37,7 grados en la prefectura de Saitama, donde residían mamá e hija.
La policía ha arrestado a Ishizuka bajo el cargo de homicidio culposo. La madre declaró que no era la primera vez que dejaba a Riona sola y como no había ocurrido nada malo antes, creyó que esta vez sería igual.
La mujer ya registraba antecedentes de negligencia, pues en julio un centro de atención a menores la estuvo investigando. Lamentablemente, no fue suficiente para salvar la vida de Riona.
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