Películas los ayudan a relajar tensiones
Llorar a veces es bueno. Sirve para relajarse, para expulsar el estrés, para quitarse un peso de encima.
En Japón algunos lo entienden así, por eso se está extendiendo una práctica que busca que la gente dé rienda suelta a las lágrimas.
¿En qué consiste? Un grupo de adultos se reúne para ver películas lacrimógenas y llorar a manera de experiencia colectiva de catarsis.
Una de estas reuniones, que se realizan en la ciudad de Nagoya, tiene como espectador privilegiado a un reportero del diario Chunichi Shimbun
Cinco personas, pañuelos en mano, se dan cita. Uno de los asistentes bromea diciendo que está “listo para llorar a mares”.
Lo que esta vez les toca ver no es un melodrama amoroso, sino un documental sobre el terremoto que azotó a la región de Tohoku el 11 de marzo de 2011. Las lágrimas no tardan en brotar.
Las sesiones son organizadas por Yuka Muroi, una experta en terapia para parejas que ha visto a muchas personas reprimidas desahogarse en estos encuentros.
Muroi se inspiró en Hiroki Terai, un exvendedor que celebra ceremonias de divorcio en Tokio. Tarei descubrió el efecto positivo del llanto al darse cuenta de que las parejas que lloraban tendían a separarse en mejores términos.
El llanto es “una buena manera de impedir que el estrés se acumule”, dice Muroi.
Las sesiones –cada una cuesta mil yenes– se iniciaron en abril en Nagoya. La mayoría de los participantes son hombres.
Uno de ellos es Toshihiko Ito. Tiene 49 años y ocupa un cargo directivo en una empresa que fabrica piezas para automóviles. Ito asegura sentirse mucho mejor después de participar en las reuniones. Sale renovado desde el punto de vista mental y emocional. Ver películas que mueven al llanto lo relejan después de estar tenso en su trabajo o en casa.
Junya Imachi, un hombre de negocios de 28 años, es un asiduo asistente a las sesiones. No ha faltado a ninguna y confiesa que cuando llora piensa en su pasado. La terapia lo ayuda a redescubrirse, arroja luz sobre su interior.
El psiquiatra Yuhei Kayukawa, consultado por Chunichi Shimbun, explica que el llanto es un aspecto muy importante de la conducta humana.
«Ser capaz de llorar sin tener que preocuparse por las apariencias es un paso importante para que las personas consigan liberarse de la depresión”, declara.
Reprimirse, encapsular emociones como la tristeza, es nocivo para la salud, afirma.
Kayukawa resalta la importancia de desahogarse sobre todo en una cultura como la japonesa que considera una virtud no exteriorizar las emociones. “Los japoneses son terribles para enfrentar el estrés”, subraya.
El informe no revela qué películas (aparte del documental sobre el terremoto en Tohoku) ven los asistentes a las sesiones, pero seguro no faltarán filmes como “Titanic”, “Diario de una pasión” o “Los puentes de Madison”.