Artistas japoneses exponen obras sobre la legendaria actriz
El mito de Marilyn Monroe, su papel como musa absoluta, protagoniza una exposición en Tokio que, con motivo del 50 aniversario de su muerte, homenajea a la leyenda de Hollywood a través de los ojos de una docena de artistas.
La Galería Aoki, una de las más antiguas de la capital nipona, ha reunido obras que plasman las visiones más variadas de la actriz, desde aquellas que la recuerdan en toda su sensualidad a otras que la evocan con trazos modernistas o incluso la imaginan en un karaoke.
Buena parte de la muestra la articula el trabajo del japonés Shinichi Suzuki, fallecido hace once años y que hizo de Marilyn su musa y obsesión: durante cuatro décadas se centró exclusivamente en hacer dibujos de la actriz, a la que consideraba la mujer «perfecta».
La exposición incluye, por ejemplo, un enorme «mandala» en el que la imagen de Marilyn se repite 80.000 veces, más grande en el centro y gradualmente más pequeña hasta convertirse en una minúscula figura con trazos finísimos.
De la fijación artística de Suzuki con la actriz dan prueba también sus numerosos dibujos en tinta o acuarela, que evocan a la aparentemente ingenua Marilyn en toda su sensualidad en soportes que van desde el papel hasta las caras de un biombo.
La galería muestra además obras como una figura de bronce de la artista Yoshiko Maezawa que, con el título «Jealousy» («Envidia»), representa un esqueleto que recrea la escena de «La tentación vive arriba» (1955) en la que el aire que sale por la rejilla del metro neoyorquino le levanta a la actriz su famoso vestido blanco.
Otros, como el dibujante Tadashi Onoda, la imaginan micrófono en mano en un karaoke o bebiendo sake en un «ofuro», el tradicional baño japonés.
A la muestra ha contribuido también el club de fans de Marilyn Monroe de Tokio, cuyo secretario, Takeshi Ogawa, ha facilitado tesoros como una antigua fotografía en blanco y negro firmada por la actriz.
«El club tiene 65 miembros, y cuatro veces al año publicamos un folleto con información sobre Marilyn y los eventos relacionados con ella», explica a Efe Ogawa, quien viste camisa, corbata y pantalones en los que está pintado, por triplicado, el rostro de la actriz.
Marilyn Monroe visitó Tokio en 1954 en ocasión de su luna de miel con su segundo marido, el jugador de béisbol Joe DiMaggio, con quien se hospedó en el Hotel Imperial de la capital nipona.
La galería que acoge la muestra, situada en las inmediaciones de ese mismo hotel, es hoy el punto de encuentro de sus fans, que cincuenta años después de su muerte la recordarán también con una proyección especial de la película «Los caballeros las prefieren rubias» (1953). (EFE)
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