Todos los DT sudamericanos exhiben méritos. Hoy nadie llega a una selección por caudillaje, fama o simpatía. No hay más folklore.
Por Jorge Barraza*
Por razones diversas, la Copa América marcó el último partido, el torneo final para Sergio Batista, Hernán Darío Gómez y Gerardo Martino en las selecciones de Argentina, Colombia y Paraguay. Fueron. La confirmación de Leonel Álvarez en el país de García Márquez completó la grilla de entrenadores sudamericanos para la Eliminatoria. Están los nueve. Y en pocos días serán sometidos al severísimo escrutinio de los hinchas.
Hay 3 argentinos (Sabella, Borghi, Quinteros), 2 colombianos (Leonel Álvarez, Rueda), 2 uruguayos (Tabárez, Markarián), 1 paraguayo y 1 venezolano. A Leonel le fue confiada la titánica misión de devolver a Colombia al circuito de los Mundiales. ¿Qué tipo de técnico es Álvarez…? Un misterio. Tiene un lustroso pasado como futbolista, un cinco de marca y personalidad, algo así como el forzudo que sostenía las tablas donde bailaban Valderrama, Rincón, Asprilla, el Tren Valencia en las horas buenas. Tiene una fugaz experiencia, apenas unos meses, como DT del Independiente Medellín, al que no obstante sacó campeón con todas las de la ley en 2009.
Leonel (46 años) hereda el cargo por la infeliz circunstancia que determinó la salida de Bolillo Gómez, un incidente privado que obró como un hachazo a su carrera. Por imperio de esa incómoda e inesperada situación, sin tiempo para salir a buscar otro (la opinión pública clamaba por un extranjero), la Federación lo designó al frente del ministerio más urticante que tiene un país junto con el de economía: el de la Selección Nacional de fútbol. O sea, el hombre capaz de proporcionar alegría o tristeza a un país. No es el goleador ni el arquero, sino mucho más que eso: el timonel. Porque quienes ganan y pierden los partidos son los futbolistas, pero el que elige, prepara, mentaliza y decide la táctica y estrategia de un equipo es el técnico. Por ello, en cada país su nombramiento es un tema de interés nacional.
Leonel Álvarez tiene la ventaja de llevar un año como asistente en Colombia. La contra, que su designación llega encimada con el debut, casi sin poder procesar su nueva función. Por un lado, parecía temerario salir a buscar técnico a tan pocos días del inicio de la Eliminatoria; por el otro pesa la escasa experiencia del nominado.
En la misma línea que el colombiano se ubica Francisco Arce (Paraguay, 41 años). Currículum importante como lateral derecho, bicampeón de la Libertadores, aunque con breve paso por la dirección técnica. Sólo en un club: el modesto Rubio Ñu. Lo ascendió a Primera División en 2008, siguió dos temporadas más ahí y le dieron la Selección. Tiene un estilo opuesto a Martino, es más ofensivo. Hay que ver cómo se arregla con lo que tiene, que no es mucho.
César Farías es el más joven de los nueve: 38 años. A los 25 fue campeón de Segunda en Venezuela dirigiendo al ignoto Nueva Cádiz. En 2008, tras comandar a varios clubes de su país sin nuevos éxitos, arribó a la Selección. Se le advierte un entusiasmo notable y sabe transmitirlo a la tropa. Es audaz y ambicioso. Ha convertido a Venezuela en candidato a pelear la clasificación.
Claudio Borghi (Chile, 47) ha sido campeón con Colo Colo en cuatro torneos seguidos (récord en la tierra de Neruda) y también en su país con Argentinos Juniors. Lo quieren los del club más popular del país y tiene buena relación con sus dirigidos, aunque sufrirá la inevitable comparación con su antecesor (Marcelo Bielsa), que caló hondo en el hincha chileno. Otra contra: su excesiva exposición mediática. Vive declarando. Un técnico de selección, cuanto más parco, mejor. Los últimos resultados lo desinflaron un poco. O bastante. Tras perder con España y México, ya comenzaron a criticarlo con acidez. “Parrillero”, le dicen.
Los dos más veteranos son justamente los más ganadores, también los más queridos y respetados. Los uruguayos Óscar Tabárez (Uruguay, 64) y Sergio Markarián (Perú, 67) presentan una foja excepcional. El Maestro es técnico de selección por antonomasia. En 31 años de labor presenta dos títulos gigantes: campeón de América de clubes y de selecciones. El Mago ha descollado en Perú, Paraguay (salió campeón con 4 clubes), Chile, México y Grecia. Sabe armar grupos fuertes y es un ajedrecista leyendo y planificando partidos.
Estudioso, serio, Reinaldo Rueda (Ecuador, 54) clasificó a Honduras a una Copa del Mundo (mérito enorme) y realizó con Colombia un campañón, pese a no llegar a Alemania 2006. Tomó a la selección en la 5ta. fecha de la Eliminatoria, última con un punto, y perdió el repechaje con Uruguay por el canto de una uña. Si se contaba desde que él asumió, Colombia iba al Mundial.
Gustavo Quinteros (Bolivia, 46) es acaso el que menos poderío tiene de los nueve. Fue campeón boliviano en los tres clubes que dirigió, lo cual significa algo. Lee bien los partidos y los plantea con inteligencia. Casi da el sartenazo ganándole a Argentina en la inauguración de la Copa América. Pero, hasta hoy, en los 11 partidos que dirigió, no conoció el triunfo. Hay alarma.
Alejandro Sabella (Argentina, 57) fue durante 17 años asistente técnico de Daniel Passarella en las selecciones de Argentina y Uruguay, y en River Plate, Corinthians, Parma y Monterrey. Cuando se largó sólo, en exactos dos años obtuvo dos títulos resonantes: campeón la Libertadores y de Argentina con Estudiantes. Se le reconocen equilibrio, trabajo, planificación. Le gusta atacar. Seguramente presentará un equipo más compensado que el de Batista (y mucho más serio que el de Maradona). Igual, el hincha lo tiene en estudio: tendrá que demostrar.
Todos exhiben méritos. Hoy nadie llega a una selección por caudillaje, fama o simpatía. No hay más folklore, se los examina con rigor. Igual, a la cuarta o quinta fecha comenzarán los cuestionamientos y a afilar la guillotina. ¿Cuántos llegarán hasta el final…?
*Ex articulista de El Grãfico y director de la revista Conmebol.
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Be the first to comment