Jordania dio hoy la primera sorpresa de la Copa de Asia 2011 al empatar a uno con Japón, una de las selecciones favoritas, que solo pudo salvar un punto en el tiempo de descuento con un milagroso cabezazo del defensa Maya Yoshida.
El equipo del sol naciente fue muy superior durante todo el partido, pero sufrió víctima de la falta de lucidez de sus hombres de ataque, la preocupante endeblez de su defensa y el excelente partido del guardameta árabe.
El lateral nipón, que juega en el VVV-Venlo holandés, fue el hombre del partido al hacer un gol en propia meta al filo del descanso y salvar la cara de su equipo en el minuto 91 al elevarse por encima de la cansada defensa jordana y colocar el balón en la escuadra del portero jordano.
Antes, el equipo que entrena el italiano Alberto Zaccheroni había sido dueño y señor del campo y del balón, con una posesión de más del 75 por ciento.
Un dominio, sin embargo, espeso e infructuoso que apenas inquietó el marco de Shafi durante los primeros 45 minutos.
Y cuando lo hizo, el arquero árabe demostró agilidad, colocación y reflejos.
Confiado a la manija de Shinji Kagawa, el elegante y sacrificado mediocentro centro del Borussia de Dormunt, Japón comenzó el partido con una superioridad apabullante que no se concretó debido a la ofuscación de sus delanteros, incapaces de hallar resquicios para desmarcarse de la poblada defensa jordana.
Solo Ryoichi Maeda, extremo del Júbilo Iwata, dio algún que otro susto a Shafi, quien vivió una plácida primera parte.
Únicamente se vio exigido en el minuto 39, en el que realizó una de las paradas de esta Copa de Asia al sacar una providencial mano a tiro del propio Kagawa en el interior del área grande.
Minutos antes, Hasan, el mejor de los jordanos, ya había dado señales de su peligrosidad pese a ser una isla de juego en la maraña de destrucción planteada por su entrenador Adnan Haman.
En la primera lanzó el balón a las manos del guardameta japonés tras un balón en largo mal defendido por los nipones.
Minutos después, un cabezazo suyo a la salida de un córner también pésimamente defendido por la escuadra japonesa lamió el poste de la meta defendida por Kawashima, portero que defiende los colores del Lierse S.K. belga.
La tercera, en el minuto 44 de la primera parte, se convirtió en el sorprendente gol jordano tras un bello recorte y un afortunado disparo desde el balcón del área que besó la red tras tocar el balón en la puntera del desventurado Yoshida.
La segunda parte fue un monólogo del conjunto nipón, que desaprovechó una tras otra media docena de claras oportunidades frente a una correosa Jordania que perdía gasolina y seriedad táctica a medida que el cronómetro avanzaba.
Conscientes de hallarse ante una oportunidad histórica, los jugadores árabes se vaciaron hasta que en el minuto 91, el propio Yoshida enmendó su mala fortuna y atemperó la debacle a la que se veía empujado su equipo.
Desfondados, los jordanos pudieron, incluso, perder el partido en el minuto 93, cuando un providencial Shafi sacó con el pecho un remate a bocajarro de Lee tras el enésimo balón colgado al área.
Con este resulto, Japón se complica las opciones de pasar primero de grupo, para lo que deberá derrotar a su rival Arabia Saudí y a la otra cenicienta del grupo, Emiratos Árabes Unidos, que juegan esta misma noche.
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