Un informe recoge testimonios sobre perturbadores abusos a inmigrantes de Centroamérica que sufren secuestros, violaciones, mutilaciones, torturas y asesinatos en su peligrosa travesía hacia Norteamérica.
La Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) publicó hoy el reporte, que documenta la odisea de los inmigrantes con testimonios de algunos que pudieron escapar a los secuestros.
Los autores se hacen eco de la matanza de los 72 inmigrantes en Tamaulipas (México) en agosto de 2010, que consideran un ejemplo de «una desgracia» que «ha sido ignorada por el Gobierno mexicano durante demasiado tiempo».
Como ejemplo, el informe cita el testimonio de Jesús Guevara, un salvadoreño de 29 años que cuenta su secuestro y lo que vio durante su cautiverio antes de poder escapar.
El joven relata su llegada a una casa que «olía a animal muerto» y donde encontró a otros secuestrados, incluidos niños que se desangraban porque les habían cortado los dedos.
«Unos no tenían dedos ni de las manos ni de los pies y a algunos les faltaban las manos o los brazos. Los secuestradores se los habían cortado porque su familia no respondía o no podía pagar», señaló en el testimonio.
El informe presta atención también a la situación de las mujeres. Según estimaciones de reportes anteriores, al menos seis de cada diez mujeres inmigrantes en tránsito son violadas mientras viajan por México.
«Éramos aproximadamente treinta personas secuestradas, seis eran mujeres, y ellas sufrieron mucho porque desde que llegamos las violaron todos los secuestradores y cuando querían las violaban, siempre delante de todos nosotros», aseguró el joven.
Otra víctima salvadoreña, Nancy, recuenta cómo dos de sus compañeras que pudieron liberarse de sus secuestradores al pagar el rescate se dirigieron a agentes policiales que las «vendieron otra vez al cartel de Los Zetas».
«Ellas llegaron a la casa y ahí las mataron y las pusieron a las dos como ofrenda a la Santa Muerte», según el testimonio recopilado en 2009 por las organizaciones Frontera con Justicia y Humanidad Sin Fronteras.
Por otra parte, citando al Centro Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH), el informe asegura que «la participación de autoridades mexicanas en el secuestro de al menos 91 inmigrantes revela que existen lazos de complicidad entre la delincuencia y algunos agentes del Estado».
En otros 99 casos, incluidos en un informe de la CNDH citado por WOLA y el Centro Prodh, los inmigrantes mencionaron que mientras fueron retenidos tenían conocimiento de que la policía estaba en contacto con los secuestradores.
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