La exestrella del tenis de mesa y doble medallista olímpica, Ai Fukuhara, ha vuelto a acaparar la atención pública tras confirmarse que espera su tercer hijo y que ha contraído matrimonio nuevamente. Según informes revelados por Sponichi, la mujer de 37 años ya ha formalizado su unión legal con un hombre más joven que ella, quien había sido identificado previamente en círculos cercanos como un conocido. La noticia marca un giro radical en la vida personal de la deportista, quien ya ha superado el periodo de estabilidad de su embarazo.
Este acontecimiento se produce aproximadamente cuatro años después de que Fukuhara iniciara un turbulento y mediático proceso de divorcio con el taiwanés Chiang Hung-Chieh. Aquel enfrentamiento legal, que comenzó en 2021, derivó en una intensa batalla por la custodia de sus dos hijos, una niña de 8 años y un niño de 6 años. Tras años de disputas internacionales que incluyeron denuncias penales y conferencias de prensa en Tokio, ambas partes lograron alcanzar un acuerdo de conciliación en marzo del año pasado.
Conocida cariñosamente desde su infancia como «Ai-chan, la llorona», Fukuhara fue durante décadas el rostro más querido del deporte nacional hasta su retiro en 2018. Su transición de ídolo infantil a figura de controversia internacional fue seguida de cerca por la opinión pública, especialmente tras las acusaciones de infidelidad y el posterior litigio por una compensación económica presentado por la exesposa de su actual pareja, demanda que fue finalmente retirada en noviembre de 2022.
Actualmente, el entorno de la exatleta se muestra optimista y espera un «anuncio feliz» para principios del próximo año, coincidiendo con el nacimiento del nuevo integrante de la familia. Recientemente, Fukuhara celebró su cumpleaños número 37 compartiendo mensajes de gratitud con sus seguidores en la red social china Weibo, mostrándose renovada tras el cierre de sus conflictos legales en Taiwán y Japón.
La atención ahora se centra en si esta nueva etapa permitirá a la medallista disfrutar de la estabilidad familiar que tanto ha buscado tras una década de altibajos públicos. Mientras sus hijos mayores continúan su vida bajo un régimen de custodia compartida, el mundo del deporte y sus seguidores observan con cautela este nuevo capítulo en la vida de una de las figuras más emblemáticas del tenis de mesa moderno. (RI/AG/IP/)
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