La casi perfecta similitud en color y forma entre la moneda japonesa de 500 yenes y la surcoreana de 500 wones está siendo causa de estafas en establecimientos comerciales de Japón. La clave del fraude reside en la diferencia de valor: la moneda coreana solo equivale a unos 50 yenes, apenas una décima parte del valor del yen.
En noviembre, la tienda de ramen Shinzo Menya, en la ciudad de Nihonmatsu, prefectura de Fukushima, descubrió una moneda de 500 wones después de que un cliente pagara su cuenta.
El dueño del local relató que el cliente pagó su consumo de forma que los billetes doblados ocultaban la moneda, logrando que el empleado la confundiera con la de 500 yenes. Cuando dieron cuenta, el cliente ya se había ido.
DURO GOLPE EN TIEMPOS DE INFLACIÓN
El impacto emocional y financiero de estos incidentes es considerable. El dueño del restaurante expresó sentirse «verdaderamente impactado», especialmente en un momento en que los costos de gas y electricidad se han disparado por la inflación. El uso intencional de una moneda con apenas un 10% del valor real es visto por los comerciantes como «prácticamente un fraude».
Este tipo de casos no es nuevo. En la década de 1990, las monedas de 500 wones eran modificadas en peso y usadas en máquinas expendedoras para robar cambio. En su punto álgido, se llegaban a descubrir hasta 820.000 monedas manipuladas al año.
La policía japonesa advierte sobre la gravedad del delito. Si una persona utiliza deliberadamente la moneda de 500 wones en un establecimiento japonés con la intención de que sea aceptada como 500 yenes, puede ser acusada de fraude (Sagi-zai). El delito de fraude está castigado en Japón con una pena de hasta 10 años de prisión. (RI/AG/IP/)
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