
La cantante Maki Otsuki, famosa por interpretar temas del popular anime ONE PIECE, fue forzada a interrumpir su actuación de manera abrupta en el «Bandai Namco Festival 2025» de Shanghái el 28 de noviembre. En un dramático giro, mientras Otsuki cantaba, las luces del escenario se apagaron repentinamente, la música se detuvo y personal del equipo la condujo fuera de la plataforma.
Este incidente es el punto álgido de una ola de cancelaciones de eventos japoneses que sacude a China. La causa directa es el recrudecimiento de las tensiones sino-japonesas, impulsadas por las recientes declaraciones de la primera ministra Sanae Takaichi sobre el uso de la fuerza en una contingencia en Taiwán.

FESTIVAL CANCELADO TRAS EL EPISODIO
Tras la interrupción de la artista, el festival, que tenía previsto durar tres días, fue cancelado en su segunda jornada, hoy, por «circunstancias inevitables».
Su sitio web oficial confirmó la drástica situación: la cantante «se vio obligada a interrumpir repentinamente debido a diversas circunstancias inevitables». El video del momento, que circula en redes sociales, subraya la naturaleza de la expulsión política de los artistas japoneses.
UNA OLA DE EXCLUSIÓN CULTURAL
La cancelación del show de Maki Otsuki no es un caso aislado, sino parte de una tendencia de exclusión que ha impactado gravemente al intercambio cultural entre ambos países.
La suspensión de conciertos y eventos se ha multiplicado tras la reacción negativa del gobierno chino a las declaraciones de Takaichi, como por ejemplo la cancelación de los conciertos de Ayumi Hamasaki en Shanghái, de Momoiro Clover Z, del musical Sailor Moon y de los conciertos de la aclamada pianista de jazz Hiromi Uehara (Uehara Hiromi). (RI/AG/IP/)
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