El cáncer colorrectal es uno de los tipos de cáncer más comunes en Japón y, trágicamente, equivale al 5.19% de todas las causas de muerte en el país con alrededor de 57.000 casos fatales por año. Sin embargo, existe una gran esperanza: la mayoría de estos tumores se desarrollan lentamente a partir de una lesión benigna. Detectar y extirpar ese precursor, conocido como pólipo, es la estrategia más efectiva para prevenir la enfermedad antes de que se manifieste.
Para responder a las dudas comunes sobre esta enfermedad, el Dr. Fumitaka Kira, director de la Higashi-Nagasaki Ekimae Naika Clinic, destacó en Medical Note la importancia de la detección temprana.
LA LESIÓN QUE PRECEDE AL CÁNCER
A diferencia de otros tipos de cáncer, el cáncer colorrectal generalmente se origina a partir de un pólipo, una pequeña protuberancia que se forma en la membrana mucosa del intestino grueso. Este proceso de benigno a maligno toma tiempo.
Según el Dr. Kira, esta progresión lenta ofrece una valiosa ventana de oportunidad. Si el pólipo es detectado y extirpado en esta fase inicial, la posibilidad de prevenir que evolucione a cáncer colorrectal aumenta significativamente. Este tipo de cáncer es uno de los pocos en los que la búsqueda activa de la enfermedad, antes de que aparezcan los síntomas, tiene una alta probabilidad de ser exitosa.
MONITOREO Y CIRUGÍA AMBULATORIA
No todos los pólipos son malignos; la preocupación recae en aquellos que tienen potencial de convertirse en cáncer, como los adenomas (Senshu). Los pólipos pequeños pueden ser extirpados inmediatamente durante el mismo procedimiento de exploración, una práctica común conocida como «extirpación ambulatoria» o «cirugía de día».
Sin embargo, la extirpación de un pólipo no garantiza una inmunidad de por vida. Para reducir el riesgo de recurrencia, es fundamental someterse a colonoscopias periódicas. El momento de la siguiente prueba se determina con precisión en función de los resultados de la patología del pólipo extirpado, incluyendo su tipo, tamaño y cantidad.
CUANDO LA MOLESTIA PERSISTE SIN DIAGÓSTICO
Una ventaja clave de la colonoscopia es la capacidad de detectar y extirpar pólipos o cánceres en fase temprana. Pero, ¿qué ocurre si el paciente sigue sintiéndose mal a pesar de que la prueba no muestra anomalías?
El especialista explica que el malestar puede tener causas diversas y complejas. A veces, la fuente del problema está fuera del colon, como el hígado graso, una enfermedad que a menudo está ligada a patologías del estilo de vida como la diabetes o la arterioesclerosis. Los problemas estomacales también suelen estar relacionados con factores cotidianos, como la alimentación, el ejercicio o la calidad del sueño. Por ello, la esencia del tratamiento no es solo la prueba, sino acompañar al paciente en un proceso que incluye la revisión de su estilo de vida.
LA CONSULTA ES EL PRIMER PASO
Ante la duda de si se debe realizar una endoscopia o si es seguro esperar, se recomienda encarecidamente la consulta temprana. A menudo, el simple hecho de hablar con un médico puede aliviar la ansiedad.
La primera acción para evitar que un pólipo o un cáncer en fase inicial sea pasado por alto es buscar asesoramiento, incluso si la preocupación parece ser menor. El objetivo primordial de los especialistas es ser un lugar donde las personas puedan consultar sin reservas. (RI/AG/IP/)
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