Un tribunal japonés ha sentenciado a 26 años de prisión a Toshiharu Takeuchi, de 51 años, dueño de un hostal en Okayama. El acusado fue hallado culpable de drogar y agredir sexualmente a diez mujeres, incluyendo a sus huéspedes, en un caso que ha conmocionado a Japón y ha puesto de manifiesto una terrible traición a la confianza.
Entre 2018 y 2022, Takeuchi utilizó su hostal en Satosho-cho para cometer sus crímenes. Su modus operandi consistía en drogar a sus víctimas con somníferos para luego cometer violaciones sexuales. Además de agredir a nueve mujeres, también fue declarado culpable de grabar a otra sin su consentimiento.
Durante el juicio, la defensa del acusado fue tan insólita como sus crímenes: afirmó que sus actos habían sido «ordenados por una sombra negra» y que no podía distinguir el bien del mal debido a una enfermedad mental. La fiscalía, que había solicitado una condena de 28 años, calificó su versión como «absurda» y sostuvo que el acusado había utilizado su negocio como una «trampa para satisfacer sus deseos sexuales».
En la lectura de la sentencia, el juez Akihiro Motomura no se contuvo. Describió los crímenes como «actos horribles que dan ganas de apartar la vista» y que «ignoraron la dignidad de las víctimas». El magistrado rechazó de plano la defensa del acusado, sentenciando que «se le reconoce plena responsabilidad criminal».
La fiscalía de Okayama ha calificado el fallo como una «sentencia apropiada y razonable», mientras que la defensa de Takeuchi ha anunciado que apelará el veredicto. (RI/AG/IP/)
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