
Lo que debía ser una fiesta de fútbol en la Copa Sudamericana terminó en tragedia. El encuentro de octavos de final entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile, disputado en el Estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, fue suspendido y finalmente cancelado tras graves disturbios protagonizados por hinchas que convirtieron la jornada en un auténtico infierno.
El caos comenzó en las gradas, donde barras chilenas atacaron a los aficionados locales usando azulejos arrancados de los baños, asientos, trozos de hormigón, palos metálicos, petardos e incluso monedas. Las escenas fueron de violencia descontrolada: peleas cuerpo a cuerpo, incendios, personas ensangrentadas e inconscientes y un hincha que cayó desde gran altura en medio del tumulto.
Los capitanes de ambos equipos intentaron calmar la situación, mientras el locutor del estadio advertía que el partido podía suspenderse. Sin embargo, la violencia no cesó. Al inicio del segundo tiempo y con el marcador 1-1, el árbitro interrumpió el juego y posteriormente lo dio por finalizado.

El cruce era decisivo: Independiente, tras perder 1-0 en la ida, necesitaba al menos un gol para forzar penales o más diferencia para clasificar directamente a cuartos de final, donde esperaba Alianza Lima.
La CONMEBOL, en un comunicado oficial, informó que la decisión no fue una simple suspensión temporal sino la cancelación definitiva del encuentro, descartando cualquier reanudación. La entidad abrió una investigación disciplinaria para determinar la resolución del cruce y las responsabilidades por lo ocurrido en Avellaneda.
La Universidad de Chile confirmó que entre los heridos había simpatizantes suyos y envió representantes a los hospitales donde fueron trasladados para brindar asistencia.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, condenó con dureza los hechos: “Esto es un error desde todos los puntos de vista: desde la violencia en las gradas hasta la irresponsabilidad de la organización. Nada puede justificar un linchamiento”, escribió en redes sociales.
Medios argentinos informaron que la policía detuvo al menos a 300 hinchas chilenos, mientras videos de los enfrentamientos sangrientos se viralizaron en redes sociales, desatando indignación en ambos países.
Además, trascendió que un futbolista boliviano resultó gravemente herido luego de que un petardo lanzado desde la tribuna le impactara en la ingle. El artefacto habría sido encendido por un aficionado en supuesto “celebración” de la victoria parcial.
La violencia empañó un partido que debía definir al rival de Alianza Lima y dejó en el aire el futuro de ambos equipos en la competencia, con la imagen de la Sudamericana gravemente golpeada. (RI/AG/IP/)
Una noche de barbarie, caos y sangre enlutaron lo que debería haber sido un simple partido de fútbol.
En Avellaneda, en el Libertadores de América, se enfrentaron Independiente vs U. de Chile.
Un resumen en imágenes de lo que fue una noche terrorífica.
(Imágenes sensibles) pic.twitter.com/9JgUTKqT97
— Gabriel Castro (@GabrielCastroOK) August 21, 2025
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