Japón estudia la posibilidad de adquirir drones militares fabricados en Turquía, reconocidos por su eficacia en conflictos recientes como la guerra en Ucrania, con el fin de reforzar sus capacidades defensivas frente a los desafíos de la guerra moderna.
El ministro de Defensa japonés, Gen Nakatani, se reunió ayer en Ankara con su homólogo turco, Yaşar Güler, donde ambos acordaron ampliar la cooperación en materia de seguridad y defensa.
Uno de los modelos en análisis es el Bayraktar TB2, fabricado por Baykar Technologies. Este dron de ataque es capaz de volar 27 horas de forma continua, equipado con sistemas avanzados de inteligencia y vigilancia, informó el Nikkei. El TB2 ya ha demostrado su efectividad en conflictos como la guerra de Nagorno-Karabaj en 2020, donde se atribuyó a Azerbaiyán una ventaja estratégica gracias a su uso, y posteriormente en operaciones de Ucrania y Qatar.
Además de su eficacia probada, el TB2 destaca por su costo relativamente bajo. Mientras que cada dron estadounidense MQ-9B SeaGuardian adquirido por las Fuerzas de Autodefensa Marítima de Japón ronda los 12.000 millones de yenes (81 millones de dólares), el Bayraktar turco se estima en apenas 5 millones de dólares. La próxima versión, el Bayraktar TB3, ofrecerá mejoras en despegue y aterrizaje que le permitirán operar desde portaaviones.
Otro modelo considerado es el Anka, fabricado por Turkish Aerospace Industries, capaz de realizar vuelos automatizados sin piloto remoto. Este dron ya ha sido adoptado por países como Malasia e Indonesia, lo que lo convierte en una opción atractiva para la cooperación regional.
El Ministerio de Defensa japonés prevé incluir la adquisición de drones de ataque en su solicitud presupuestaria para el año fiscal 2026, que será presentada a finales de agosto. Actualmente también se analizan modelos de Estados Unidos, Reino Unido y Australia. (RI/AG/IP/)
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