Estados Unidos habría reforzado su presencia militar en aguas del Caribe próximas a Venezuela con el despliegue de tres buques de guerra y más de 4.000 soldados, en una operación destinada a frenar el narcotráfico hacia su territorio. El movimiento, que se desarrollará durante los próximos meses, incluye destructores, un submarino nuclear, aviones de reconocimiento P-8 Poseidon y un barco equipado con misiles, según fuentes de Defensa citadas por CNN.
Entre los destructores, equipados con misiles guiados Aegis, están el USS Gravely y el USS Jason Dunham.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que el país está dispuesto a “usar todos los recursos de su poder” para llevar a la Justicia a los responsables del narcotráfico, aunque evitó confirmar de manera oficial el despliegue de tropas. En la misma línea, reiteró que la Administración estadounidense considera al régimen de Nicolás Maduro no como un gobierno legítimo, sino como “un cartel del narcotráfico”, recordando que el mandatario venezolano está acusado en Estados Unidos de delitos vinculados al tráfico de drogas.
REACCIONES EN LA REGIÓN
El gobierno de Cuba criticó la operación militar, calificándola de parte de una “agenda corrupta” del secretario de Estado, Marco Rubio, y llamó a respetar al Caribe como “zona de paz”. Por su parte, Venezuela denunció que la acción de Washington amenaza la estabilidad regional y contradice la declaración de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que promueve la soberanía y la cooperación entre los pueblos.
En respuesta, Nicolás Maduro ratificó su rechazo y afirmó que el país tiene la capacidad de defenderse ante cualquier amenaza: “Que el mundo lo sepa, que lo sepan los imperios: Venezuela hoy más que nunca tiene con qué. Por eso estamos en paz y vamos a seguir en paz. Llevamos la fuerza de David contra Goliat”. El mandatario también ordenó el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el territorio y aseguró que “ningún imperio va a tocar el suelo sagrado de Venezuela”.
El lunes, Maduro duplicó los llamados “cuadrantes de paz” en Caracas, unidades territoriales con refuerzo policial, y anunció que las milicias colaborarán en tareas de vigilancia. “Ante cualquier circunstancia, nervios de acero, calma y cordura y máxima acción popular, militar, policial, que el equipo gana. Nosotros siempre ganamos”, señaló en un acto oficial.
CONTEXTO POLÍTICO Y MILITAR
Este refuerzo militar estadounidense coincide con la política del presidente Donald Trump de ampliar las funciones del Ejército para combatir no solo amenazas externas, sino también fenómenos criminales como el narcotráfico, el contrabando de personas y el tráfico de fentanilo, al que responsabiliza por la crisis de salud y violencia en varias ciudades del país.
Trump también ha presionado a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, para que adopte una postura más firme frente a los cárteles que su antecesor. Sin embargo, la mandataria ha trazado una línea clara sobre la soberanía mexicana, rechazando cualquier intento de intervención militar estadounidense en territorio nacional.
Mientras tanto, un funcionario del Departamento de Defensa confirmó que los recursos militares ya fueron asignados y que el despliegue se llevará a cabo “en el transcurso de varios meses”, aunque descartó que los buques se dirijan directamente al límite del mar territorial venezolano, que abarca cerca de 4.000 kilómetros de costa.
El despliegue tensiona aún más las relaciones entre Caracas y Washington en un contexto de elecciones municipales en Venezuela, donde el chavismo retuvo la mayoría de alcaldías en medio de una baja participación ciudadana. (RI/AG/IP/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
