La localidad de Fukushima-cho, en Hokkaido, vive entre el alivio y la preocupación tras confirmarse que el oso abatido la madrugada de ayer viernes era el mismo que, seis días antes, atacó y mató a un repartidor de periódicos. Las pruebas de ADN revelaron además un hecho estremecedor: este ejemplar ya había protagonizado una tragedia similar hace cuatro años.
El animal, un macho adulto de entre 8 y 9 años, medía 2 metros de largo y pesaba 218 kilos. Fue eliminado por cazadores a las 3:30 a.m. de ayer, cuando merodeaba por una zona residencial en la localidad de Tsukizaki.
El ataque que motivó el operativo de caza ocurrió el 12 de julio, cuando Sato Kenki, de 52 años, realizaba su reparto matutino de periódicos. Según testigos y cámaras de seguridad, un oso lo sorprendió y lo mató a apenas un kilómetro del lugar de donde fue abatido ayer.
El gobierno local había advertido sobre la presencia de al menos dos osos, basándose en huellas halladas en diferentes puntos. Sin embargo, el análisis de ADN de pelos recolectados en cuatro lugares confirmó que se trataba de un único ejemplar: el mismo que atacó y mató a Sato.
El hallazgo más inquietante llegó después. Las autoridades cruzaron la información genética con bases de datos previas y descubrieron que el mismo oso había atacado y causado la muerte de una mujer de 77 años en 2021, en la zona de Shirafu, también en Fukushima-cho.
La noticia, difundida por los medios locales, ha generado una mezcla de alivio y temor entre los habitantes. El ejemplar ya no representa una amenaza, pero se teme que la eliminación de un oso, aparentemente dominante deje el área libre para la llegada de más osos agresivos. Entre tanto, continúan las patrullas y el llamado a la prudencia. (RI/AG/IP/)
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