
Una publicación viral en X encendió el debate sobre el dispositivo de seguridad que acompañó a la princesa Aiko durante su reciente visita a la Expo Osaka-Kansai los días 8 y 9 de mayo. El comentario criticaba la presencia de más de 10 agentes custodiando a la joven integrante de la familia imperial con la pregunta: “¿Nos están protegiendo de quién? ¿Acaso los ciudadanos somos asesinos?”
La crítica, que acusaba al emperador y la emperatriz de “desconfiar del pueblo” y de “malgastar impuestos”, generó una oleada de respuestas contrarias. Usuarios recordaron episodios recientes como el atentado mortal contra el ex primer ministro Shinzo Abe en 2022 y el intento de ataque contra Fumio Kishida en 2023, destacando la necesidad de reforzar la seguridad para figuras públicas.
El periodista especializado en la familia imperial explicó: “La seguridad alrededor de los miembros de la familia imperial se ha intensificado tras los atentados recientes. En el caso de la princesa Aiko, al ser la única hija del emperador Naruhito, tiene responsabilidades públicas únicas y su protección es prioritaria, especialmente en eventos como la Expo, donde hay contacto con grandes multitudes”.
ATAQUES PASADOS CONTRA LA FAMILIA IMPERIAL
Las preocupaciones no son infundadas. Existen antecedentes concretos de agresiones contra la familia imperial:
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En 1975, el emperador emérito y su esposa fueron atacados con un cóctel molotov en Okinawa mientras rendían homenaje en el memorial Himeyuri. El artefacto impactó en la ofrenda floral que iban a presentar.
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En 1992, durante los Juegos Nacionales en Yamagata, un hombre arrojó una bengala hacia los entonces emperadores mientras daban un discurso. No resultaron heridos.
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En 2019, dos cuchillos fueron colocados sobre el pupitre del príncipe Hisahito, heredero al trono, en su escuela secundaria. El hecho provocó gran alarma pese a no haber lesiones.
Frente a estos antecedentes, la estrategia de “proximidad con el pueblo” que promueven el emperador y la emperatriz debe equilibrarse con protocolos de seguridad más estrictos.
“Lamentablemente, no todos los ciudadanos son benevolentes”, señaló el experto. “Y con figuras tan visibles como Aiko o el príncipe Hisahito, el riesgo está siempre presente. Es preferible reforzar la seguridad que lamentar un incidente irreparable”. (RI/AG/IP/)
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